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Rosalba Flores Ramos, ex secretaria general del Sindicato Único de Personal Académico de la Universidad Autónoma de Querétaro (SUPAUAQ), denunció presuntas intimidaciones por parte del secretario del Trabajo, José Luis Aguilera Rico y de José Luis Mendoza Cedillo, ex delegado sindical de la seccional de Jubilados, quienes la presionaron, dijo, para entregar las instalaciones y la documentación de la organización de trabajadores, a Saúl García Guerrero.
E incluso los hizo directamente responsables de lo que le llegase a ocurrir a ella, a su familia y a los ex miembros del Comité 2014-2016.
Flores Ramos señaló que su período al frente del sindicato de maestros de la Universidad terminó oficialmente el 14 de noviembre pasado; sin embargo, este jueves 24 de noviembre fue citada en la Junta de Conciliación y Arbitraje del estado, en donde, dijo, se encontró con Mendoza y Aguilera, quienes le señalaron que tenía que entregar ayer viernes las instalaciones del SUPAUAQ a García Guerrero, por ser él quien ostenta la toma de nota del sindicato, ya que de lo contrario incurriría en un desacato a la autoridad.
“El maestro Mendoza me expresó que como una consideración a mi persona y para no comprometerme políticamente al interior de la Universidad, me proponía como ‘salida salomónica’, entregar las instalaciones y bienes a la Junta. Por su parte, el secretario Aguilera me ofreció ‘protección del estado’ en caso de que esta entrega me provocara repercusiones políticas al interior de la UAQ”, expresó Rosalba Flores.
La ex lideresa sindical apuntó que le respondió al funcionario que hacer una entrega de este tipo sería inviable, en apego a los estatutos del sindicato académico y a los procesos internos; además de que ya había realizado un proceso de entrega recepción con el comité electo el 11 de noviembre, encabezado por Nuri Villaseñor Cuspinera.
“Fue entonces cuando el secretario José Luis Aguilera aseguró que independientemente de los procesos e instancias internas del SUPAUAQ, yo estaba incurriendo en faltas legales porque debía entregar el sindicato a quien contara con la toma de nota y como no lo hice, incurría en una falta.
Me sentí atemorizada porque percibí una intención amenazante e intimidatoria en el discurso y propuesta del secretario”, agregó.
Flores afirmó que tanto Aguilera como Mendoza le pidieron que reconsiderara la propuesta y le aseguraron que no tenía que presentar ningún documento oficial de los bienes del sindicato, sólo bastaba con que detallara el patrimonio de forma verbal.