Los 14 payasos bailan y cantan sobre el kiosco del jardín Zenea. Invitan a los paseantes a seguir sus pasos. El objetivo de los jóvenes es dar mensajes positivos del universo.
Recorren el jardín. Todos visten de la misma manera: pelucas multicolores, cara pintada de blanco y ropas de colores. Se acercan a una familia. Regalan un globo a la hija de la pareja y a la madre le regalan un papelito con un mensaje. Luego le dan una hoja en blanco y le piden escribir un mensaje para otra persona. La oración es sencilla: “No pierdas la fe”.
En grupo, los payasos dan una vuelta alrededor del Zenea, para subir al kiosko, donde con un megáfono interpretan una canción. Los paseantes sacan sus teléfonos para inmortalizar el momento y compartirlo en redes.
“Pintarse la cara color esperanza”, cantan los jóvenes.
“Somos un grupo de 14 personas. Nos consideramos una familia que está comprometida a generar conciencia poderosa en el universo. Esta visión es para apoyar y hacer labor social y de esta manera hacer un cambio en nuestro país, empezando por nuestra localidad”, dice Emanuel Godínez.
Bryan Baltazar, otro de los payasos, apunta que es representante de la Familia Pro 37, cuya misión y visión es ayudar al generar empatía, trabajo, esfuerzo, todo con amor, para la sociedad.
Como meta tienen ayudar la fundación Mariana Sala IAP, que se encuentra en la colonia Bolaños, que apoya con que continúen estudiando niños en situación de calle o de escasos recursos.
“Nosotros nos comprometemos a darle todo nuestro esfuerzo, tiempo, amor, dedicación (a esta labor). No dormimos, luchamos por las metas, para que estas personas, estos niños puedan continuar con sus estudios y proveer sus necesidades”, explica.
El trabajo de este grupo de jóvenes se debe a un curso de couching en el que están inscritos, y en el que les dieron la opción de realizar una labor social por lo que decidieron apoyar a la fundación, respaldados por un staff, aunque la decisión de llevar a cabo la dinámica es de cada uno. “Lo que nosotros hacemos es generar compromiso con la sociedad y con nuestra gente”, indica Pamela Corona, quien explica que los citan a las 6:00 para pintarse y arreglarse. Sin embargo, sus actividades son espontáneas. Agrega que antes de llegar al Zenea fueron a un asilo de adultos mayores.
Laura Guzmán avala las palabras de Pamela; está convencida de que al aportar un granito de arena todos los días se puede cambiar a México con amor y generar conciencia.
Yamil Vidaurrea afirma que salen a la calle para ser 2.5% de los mexicanos que buscan hacer un cambio en la sociedad. “Con ese 2.5% podemos crear una diferencia y sacar adelante a todo el mundo y que cambie esto. Es lo que buscamos. Buscamos un poquito de conciencia a nivel nacional y mundial. Es lo que hacemos ahora”.
Los muchachos bajan del kiosko donde los esperan varios padres de familia que quieren tomar una foto a sus hijos con el grupo de payasos, quienes se abrazan y se felicitan por la actividad.