El sujeto acusado de atacar sexualmente a sus seis hijos, caso que denunció EL UNIVERSAL Querétaro hace un año, sigue libre, aunque hay una orden de reaprehensión en su contra, y cuyo proceso se rige por el pasado modelo penal, por lo que es más tardado.
“Nos quedamos en que liberaron al agresor, ahorita está por salir la orden de reaprehensión. Por desgracia ese caso está bajo el modelo de justicia anterior, entonces todos los procedimientos son mucho más lentos, pero espero que terminemos este año con el señor en la cárcel”, señaló, Fernanda Lazo, presidenta de Corazones Mágicos.
Explicó que desde que la juez dictó que no podía ver a los niños, el hombre no tiene contacto con ellos. Los afectados, dijo, se recuperan, van a sus terapias, al tiempo que tienen un grupo terapeútico con padres y tutores de niños que sufrieron abusos y que presentan alteraciones en el impulso agresivo. En el caso de estas seis víctimas, van los abuelos de los niños a este taller.
“Son seis chiquitos que sufrieron abuso sexual del papá biológico, pero la denuncia está sólo por cuatro de ellos, porque los otros dos fueron abusados hace muchos años. La grande tiene 16 años, luego una de 12, una de nueve, una de siete, uno de cinco y uno de cuatro. En Corazones Mágicos llevan tres años que llegaron”, abundó.
Precisó que el proceso jurídico lleva más tiempo porque la abuela de los niños denunció el abuso en marzo-abril de hace cuatro años. “Es un caso donde hubo mucha agresión y en el que desgraciadamente cuando la abuela llega a la Fiscalía no hace la denuncia como debe de ser y no se cubren ciertos aspectos. Entonces en un principio sólo se hizo la denuncia por abusos deshonestos, después tratamos de reclasificar el delito, pero faltaron muchos detalles”.
Apuntó que en muchas ocasiones las personas cuando denuncian, por desconocimiento de los procesos y lo que se debe de decir, omiten ciertos detalles que dictamina la normatividad, pero lo importante es que la población sepa que en Querétaro se cuenta con un centro especializado, donde se brinda asesoría jurídica y en donde están especializados en el tema.
A la fecha los menores violentados están bien, subrayó Lazo, sobre todo en el tema del descontrol de impulsos agresivos, que se ha reducido esta conducta.
“Son niños con los que hemos trabajado mucho, tenían un daño muy profundo. Todavía no podemos darlos de alta, necesitamos darles un acompañamiento y un seguimiento adecuado”, dijo.
Agregó que faltan por hacer muchas cosas para mejorar la normatividad, como hacer un padrón de agresores sexuales, cuyo tema quieren trabajar con dependencias de gobierno y organismos de derechos humanos.
Hace un año aproximadamente, Lupita Loyola, abuela de los niños abusados, que sufrieron desde tocamientos y fueron obligados a consumir drogas, como cocaína mezclada en la leche, platicó a EL UNIVERSAL Querétaro su caso.
En ese entonces narró que vivía con miedo de que el hombre, que exigía convivir con los niños, la lastimara o les hiciera algo.
En aquel entonces narró que su hija Daniela, madre de los pequeños, trabajaba en una panadería con la hermana de José, quien en ese momento estaba en prisión por robo con violencia.
De tanto hablarle de su hermano, convenció a Daniela de ir a conocerlo en la cárcel. Se casó con él mientras aún estaba preso y tuvo a su hija mayor, Paulina, quien quedó a cargo de la abuela materna.
José recuperó su libertad con un grupo de reos indultados un 15 de septiembre, gracias a que estaba recién casado y mostraba buena conducta. Convenció a todos de que estaba listo para salir, lo que convirtió la vida de Daniela en un infierno, pues además de que cada año se embarazaba, sufría de las golpizas de su pareja.
Poco tiempo después, Lupita comenzó a notar conductas anormales en sus hijos. Un día, una de las niñas le dijo a su hermana que deberían decirle a la abuela lo que su padre hacía con ellos. Cuando acudieron a las autoridades, los peritos comprobaron el abuso del cual eran objeto.