La figura de los diputados plurinominales representa una tergiversación del sistema electoral, resulta una perversión, porque este procedimiento nació en el sexenio de Luis Echeverría Álvarez, precisamente para dar voz a las minorías, sin embargo, hoy no solamente las voces minoritarias son las que tienen este tipo de representación en las cámaras, he ahí entonces la perversión de este sistema.

Hoy en día resulta que los partidos mayoritarios se quedan con el mayor número de esas curules de representación proporcional, el ejemplo se puede observar en la 58 Legislatura, donde los partidos de “oposición” solamente tiene un curul, mientras un grupo como lo es el PRI tiene seis espacios plurinominales, además de sus dos diputados electos, lo que coloca al Revolucionario Institucional como la segunda fuerza más importante.

Hemos llegado al extremo del 60-40 que es una aberración, que la sociedad en su conjunto rechaza, porque nadie vota por ese 40% de representantes, sin embargo, ejercen los mismos derechos de aquellos que han sido elegidos de manera directa por la ciudadanía. Esos que llegan sin ninguna representación más que la proporcional, que según las reglas matemáticas se distribuyen las curules.

Ya es tiempo de que esta pesada carga y esta representación que no representa a nadie termine por disminuirse y vuelva a su origen la representación de los partidos que no alcanzan la mayoría relativa.

Estos que hacen la defensa a ultranza pierden de vista que hay que cambiar las reglas de la asignación, es quitarle esa representación a los partidos políticos que tienen determinado número de curules por la mayoría relativa y solamente se queden para aquellos que efectivamente no obtuvieron las mayorías, para que las voces ciudadanas de sus partidos puedan ser escuchadas en las cámaras, tanto a nivel nacional como de los estados.

Si solamente se reduce el número sí se perderán esas voces, pero si se reduce el número y se cambia el mecanismo de asignación entonces regresaremos a su origen, que sea la representación de partidos políticos y no la dadiva de curules a la gente más comprometida de las cúpulas de los partidos políticos, porque vemos que son los mismos de siempre quienes se quedan con la representación proporcional, se eligen por mero dedazo.

Actualmente podemos ver que hay algunos diputados plurinominales locales con experiencia, que conocen bien las curules, pero siguen sin conocer la materia legislativa porque se dedican más a la cuestión de la política y a la cuestión de la gestión social que a la legislativa, pero de otros es su primera ocasión y están en las mismas condiciones, llegan a aprender, pero para legislar no solamente se necesita conocer la materia legislativa, sino las necesidades de la ciudadanía para caminar juntos.

Los actuales diputados solamente se dedican a incrementar las penas, incrementar los impuestos, actualizar las tablas de valores, y realmente dejan un vacío enorme para beneficio de la ciudadanía, a los cuales deberían estar sirviendo a través de la materia legislativa.

Debe reducirse la perversa regla que establecieron los mismos legisladores para que perdieran fuerza los partidos minoritarios y los mayoritarios tuvieron la mejor repartición de los diputados y senadores plurinominales. Y esto está peor a nivel federal, donde hubo la peor perversidad, ya no representan a los estados, sino a los partidos.

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