A pesar de los 28 grados y un sol que sofoca a medio día en la ciudad de Querétaro, el Centro Histórico está repleto de turistas nacionales y extranjeros. Los visitantes se distinguen a simple vista; vestidos para recorrer la ciudad con calzado cómodo, grandes sombreros y lentes para protegerse del sol, ropa ligera y la cámara o el celular siempre en la mano para tomar fotografías.

Muchos inician su recorrido en el mirador, frente al Panteón de los Queretanos Ilustres, se reúnen para observar la ciudad, dimensionar la extensión del acueducto y tomar selfies.

A unos metros distancia, adentrándose al primer cuadro de la ciudad, el templo de la Cruz luce banderas en color blanco y morado, signo de luto por los días de cuaresma. En la explanada una enorme fuente funge como oasis para los niños más intrépidos que no soportan la tentación de refrescarse y terminan jugando entre chorros de agua.

Turismo religioso y souvenirs

Alrededor de la explanada los comerciantes viven su mejor momento de ventas en todo el año, porque el turismo religioso así se los permite. Los turistas observan con detenimiento las espinas en forma de cruz, cuyo único árbol se encuentra al interior del convento de la cruz, los propios comerciantes cuentan la historia de Fray Margil de Jesús y de cómo el árbol de espinas surgió de su cayado. La historia termina seduciéndolos y casi todos llevan espinas como souvenirs de la ciudad.

Los que no están por ahí, husmeando entre bordados y artesanías de los comerciantes, buscan refugiarse del sol en las jardineras de la misma explanada, la sombra es perfecta pues les permite observar el panorama y definir el siguiente punto a visitar.

Una de estas jardineras es ocupada por un grupo de turistas rubios, un guía les explica en inglés que Santiago Apóstol se apareció en el cielo durante la conquista de la ciudad, en el año 1531.

A unos metros de distancia un segundo grupo de turistas escucha la historia del templo de la Cruz, y a sus espaldas un tranvía, igualmente lleno de visitantes, hace una parada para conocer las instalaciones no sólo del templo, sino del convento de la Cruz, en donde se realizan recorridos.

Platillos queretanos

Los restaurantes de la Plaza Fundadores reciben a turistas que piden, casi con urgencia, jugo de naranja y demás bebidas para refrescarse.

Lo mismo ocurre con los negocios donde venden gorditas queretanas, las fondas de comida corrida, e incluso los pequeños puestos donde venden rusas o nieves de garrafa. En el Centro Histórico se compran y se venden productos a cada segundo del día.

En Plaza de Armas, una familia de la Ciudad de México se toma fotografías en la ‘casa de la Corregidora’, ahora Palacio de Gobierno y se retratan también en la llamada fuente de los perritos; este lugar es uno de los más transitados de la ciudad y también uno de los puntos en donde los globeros ‘hacen su agosto’, pues sus principales clientes son niños que juegan en el lugar, mientras sus padres descansan en alguna banca o jardinera.

Desde Panamá

En esta misma plaza, resalta entre las personas un joven que usa una cámara fotográfica profesional, retrata a los niños jugando, edificios y casonas, es Alan Cauvilla, panameño que está de visita en Querétaro pues viene a pasar tiempo con su novia mexicana.

“Es la primera vez que visito la ciudad, me parece muy interesante y muy limpia, tiene lugares icónicos para visitar y conocer, hay muchos turistas, eso me dice que es una ciudad muy atractiva. Mi novia es de México, estamos dando una vuelta por acá porque ellos tienen una casa aquí en Querétaro.

“Más allá de lo que ellos me habían platicado de la ciudad, yo había escuchado algunas cosas sobre Querétaro, había visto también algunas fotos pero definitivamente es otra cosa estar aquí y caminar por sus calles.

“Estoy muy complacido, me llevo una muy buena impresión de los mexicanos, ustedes son muy amables, tratan a los turistas muy bien y eso es muy importante para nosotros, nos hacen sentir como en casa” .

Alan y su familia política siguen su camino sobre el andador 5 de Mayo, ahí se forma prácticamente un mar de gente, todos avanzando en direcciones encontradas, chocando unos contra otros, algunos con prisa, en bicis, paseando a sus perros, otros entretenidos en locales donde venden blusas bordadas, sombreros y sandalias tejidas a mano.

Atención de los queretanos

Ya en el Jardín Zenea, los boleros no se dan a basto con tantos clientes, atienden a uno detrás de otro, entablan una conversación repetitiva con los visitantes con cada uno de ellos; “¿De dónde nos visita?”, “¿Qué le parece la ciudad?”, “¿Ya visitó el Cerro de las Campanas”.

El Museo Regional de Querétaro cierra sus puertas a la 1 de la tarde, las personas encargadas de registrar a los turistas advierten que en Semana Santa se tienen nuevos horarios y que las puertas de cierran a las 13:00 horas, una vez dada la instrucción, los últimos visitantes que lograron entrar, recorren apresurados las salas del que fuera un convento de frailes franciscanos.

Para Guadalupe López y su hijo Gustavo, Querétaro es una ciudad que visitan dos veces por año, en vacaciones de Semana Santa y en las de Navidad, tienen familiares en la capital y aprovechan estas fechas para visitarlos.

“Todo en la ciudad está bien, es muy bonito y nos gustan mucho, pero a nosotros como turistas se nos complica mucho la movilidad, ahora que los camiones no aceptan efectivo eso es algo que nos descontrola mucho, porque no sabemos bien qué hacer y tampoco hay mucha gente que nos informe. También es muy complicado salir de la central de autobuses, no hay taxis suficientes y la única opción es esperar casi una hora o pedir uno de esos taxis privados que nos han cobrado más de 150 por movernos de la central al centro”.

“Querétaro es una ciudad muy limpia y me siento muy segura aquí, me gusta que puedo tomarme un café en alguna plaza sin preocuparme porque se está haciendo noche, eso es algo que muy difícilmente se puede hacer por ejemplo en Guadalajara, que es de donde somos”, comentó Guadalupe, quien invitó a los turistas no sólo a disfrutar del Centro Histórico, sino a conocer también los pueblos mágicos, como Peña de Bernal.

De acuerdo con datos del municipio de Querétaro, para este puente de Semana Santa se espera la visita de 161 mil turistas noche , quienes dejarían una derrama económica de 400 millones de pesos.

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