Hace siete años, Jake, un labrador, fue rescatado de la calle. Tenía secuelas de maltrato, abandono y eran visibles los signos de desnutrición en su cuerpo. Ahora lo cuida la familia Ruiz: Alejandra, su padre Miguel y sus dos hijos. Ellos son rescatistas desde hace siete años y, durante ese tiempo, se han dedicado a buscar hogar para diez perros callejeros.

Alejandra al igual que su padre, es comerciante de diferentes productos y, a la par, se dedica a realizar labores de rescate animal. De los diez perros que han atendido por condiciones de abandono, actualmente viven con siete.

“Al ver tanta injusticia y tanta inconciencia para ellos. Mucha gente los trata como objetos, como algo que se puede comprar hoy y tirar mañana. Los perros son seres sensibles, seres que aman y que hay que respetar”, señala Alejandra.

La atención que brinda la familia se centra en dar servicios médicos y esterilizar a cada uno de los perros; se les da alimento y lo más importante cariño.

Miguel, el padre de Alejandra, comenta que la labor como rescatista comenzó cuando su hija, le pedía ayuda para recoger a los perros de la calle.

Ella comenzó a tener contacto con otros activistas y, poco a poco, comenzaron a tener más conocimiento de los cuidados que necesitaban los animales.

Uno de los casos más recientes de rescate fue el de Cano, un perro chihuahua de color café claro, quien estuvo a punto de ser atropellado en una vía rápida, cuando la hija menor de Alejandra lo recogió.

“Ella se bajó corriendo a agarrarlo, pero el perrito no se dejaba. Nos costó trabajo, pero cuando lo recogimos, estaba totalmente desnutrido y mal… estaba muy flaquito, se le venían los huesos. Sin embargo, ya se está recuperando, se le va a esterilizar y se le buscará un hogar”, relata Alejandra.

No obstante, Miguel menciona que en Querétaro no hay una cultura de respeto animal. La mayoría, los utiliza para cuidar sus casas y, aunque reconoce que esto es necesario por las condiciones de inseguridad actuales, existen casos en donde los perros están amarrados con cadenas o en las azoteas, bajo el sol o la lluvia.

La intención primordial para la familia de rescatistas es crear conciencia entre la población queretana de la importancia que tiene el cuidado animal; sin embargo, a largo plazo, no descartan la idea de lograr construir un albergue.

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