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El robo a vagones de tren fue la constante este año en San Juan del Río. El incremento de hurtos en las vías férreas se registró en las comunidades de La Valla y La Llave en este municipio. También en Tequisquiapan, en donde descarrilaron un ferrocarril en septiembre, hecho sin precedente en la entidad.
Hasta dos hurtos diarios a vagones se registraron en los primeros meses del año en la Llave, comunidad referente para hablar de este ilícito en el estado. La recurrencia afectó a los pobladores, quienes —en un momento de hartazgo— hicieron justicia por su propia mano e impidieron que ladrones descargaran paquetes de latas de aluminio, siendo la primera y última vez en el año en que los ciudadanos se atrevieron a intervenir para combatir a la delincuencia.
A raíz del descarrilamiento del 27 de septiembre en la comunidad San Nicolás de Tequisquiapan, Rogelio Vélez, director General de Ferromex, confirmó que Querétaro, junto con Guanajuato y Jalisco, son las tres entidades en las que se comete el mayor número de robos, ya que 75% de los eventos se reportan en esta región, a pesar de que las vías por las que circulan cargas de Ferromex atraviesan 27 estados.
El hecho de que el mayor número de robos a la empresa ferroviaria se reporten en la zona centro del país, se debe también a que en estos puntos hay mayor circulación de vagones de carga; al día circulan en promedio 24 trenes, de acuerdo con el director de Ferromex.
Este año se elevaron las cifras de ilícitos en prejuicio de la empresa; mientras que en 2008 Ferromex reportaba incidencias en sólo 0.2% de los trenes de carga, para 2016 se registró un incremento del 1% en incidencias.
Este año, Ferromex invirtió entre 800 y 900 millones de pesos para la protección a sus trenes, lo que equivalió al 2% de sus ingresos anuales. Además, dispuso más de 2 mil elementos a lo largo de los 10 mil kilómetros de vías férreas. Sin embargo, en el centro del país los resultados en el combate a los robos a vagones no dieron resultados satisfactorios y como referente de ello se tiene a San Juan del Río.
Habitantes, testigos y cómplices
El 70% de las veces que se frena un tren para robarlo, se hace mediante el cierre de las llaves angulares, que es el sistema de frenado de aire dirigido hacia los vagones. Esta maniobra se cometió con recurrencia en La Llave, en donde maquinistas y vigilantes de las vías fueron señalados como involucrados en los delitos.
En La Llave todos se beneficiaron del robo a vagones de tren, desde las bandas dedicadas a este ilícito, maquinistas, empresas de vigilancia y algunos pobladores, según refirieron varios testigos de estos hechos.
Una cuota de 50 mil a 80 mil pesos era la que los grupos dedicados al robo pagaban a los maquinistas a cambio de que frenaran la marcha del ferrocarril, informaron habitantes que antiguamente se dedicaron a este ilícito.
El tiempo promedio que el tren permanece inmóvil a espaldas del cuartel militar de La Llave es de 20 minutos; en ese lapso, personas a bordo de camionetas abren o rompen los contenedores para sustraer la mercancía. Mientras tanto, algunos pobladores observan pasivos, si tienen suerte pueden obtener algo de lo que se queda olvidado en las vías cuando termina el atraco.
Pasado este tiempo, el tren reanuda su curso y el maquinista ha recibido un pago kilómetros antes de llegar a La Llave.
Balaceras recurrentes, Sedena indiferente
En La Llave los hurtos a vagones se cometen a cualquier hora del día; las vías se ubican a pocos metros del cuartel del Séptimo Regimiento Mecanizado del Arma Blindada; aun así, los militares aseguran a los vecinos no tener facultades para impedir los asaltos.
Desde 2015 las vías que atraviesan por La Llave son custodiadas por una empresa de seguridad asignada por Ferromex; sin embargo, los habitantes refirieren que fueron pocas las ocasiones en que los elementos de la empresa llegan oportunamente a impedir los hurtos.
Las balaceras en la zona también son recurrentes, entre elementos de policía que acuden a frenar el ilícito o entre las propias banda de ladrones que se disputan mercancía.
Desde maíz hasta motocicletas
Azúcar, granos y bultos de cemento representan los hurtos de menor valor; electrodomésticos, línea blanca, varilla para construcción y hasta motocicletas son las ganancias más jugosas para las bandas dedicadas a esta actividad.
En La Llave, la presencia de mujeres y niños en las vías es recurrente después de cada robo. Los habitantes se dedican a recoger lo que los ladrones no alcanzan a llevarse.
Bultos de granos llenan continuamente las familias, que permanecen horas recogiendo maíz, lenteja y otros alimentos que con frecuencia se derraman en las maniobras de saqueo.
Las familias de La Llave ya están acostumbradas a los hurtos, que se cometen a todas horas y que afectan directamente a los lugareños por la obstrucción de caminos tras el paro a los trenes y por el peligro que representan los enfrentamientos a balazos.
De la Reina del Sur a El Grande
En la zona que abarca las comunidades de La Llave y La Valla, se identificaron por lo menos dos bandas dedicadas al robo de vagones, mismas que tuvieron el control de las localidades los últimos tres años, según refirieron los propios habitantes testigos de estos hechos.
Sólo estos grupos saben con precisión en qué vagones se transporta la mercancía más valiosa, que luego de ser descargada es dirigida hacia domicilios y bodegas en la misma localidad, para luego entregarla a compradores a gran escala y otra parte comercializada en la zona.
En La Llave, los pobladores aseguran que en estos hurtos está involucrada una mujer, le apodan La Reina del Sur, y es quien cuenta con información de primera mano sobre el tipo de carga que se transporta en cada vagón, ella notifica a los grupos delictivos sobre estas mercancías para que puedan sustraer la de mayor valor.
En Tequisquiapan los robos al tren son cometidos con mayor frecuencia en las comunidades de La Fuente y San Nicolás. En este municipio, el artífice de los robos fue identificado como El Grande, originario de Bordo Blanco y quien fue reconocido como el líder de la célula dedicada al robo de vagones.
“El mueve el billete con El Mayordomo, como se le denomina al encargado del personal de Ferromex que carga las mercancías que son hurtadas al pasar por este municipio”, describieron habitantes que presenciaron las máquinas volcadas en La Fuente.
Descarrilamiento, rompe con la incidencia
La volcadura del tren el 27 de septiembre en Tequisquiapan fue el parteaguas para que autoridades federales se tomaran más en serio el robo a vagones y las consecuencias negativas que generaba para sectores productivos y las localidades afectadas.
Tres vagones y dos locomotoras descarrilaron a consecuencia de manipulación en el cambio de vías, por personas que intentaron sustraer mercancías de los vagones. Los tripulantes resultaron con lesiones menores.
El incidente ocurrió a las ocho de la noche del 27 de septiembre en el kilómetro 211, en donde se encuentra el cambio de vía que suele ser empleado para frenar el tren y cometer los hurtos, confirmaron representantes de la empresa ferroviaria. Por lo menos 80 vagones eran remolcados por las dos locomotoras cuando fueron manipulados los angulares.
Para esas fechas, en la entidad queretana se reportaban 79 robos a vagones de tren, de acuerdo con la Secretaría de Gobierno estatal. El número de robos a vagones repuntó en San Juan del Río, liderando la incidencia con 30 casos; mientras que en Querétaro se reportaron 26 eventos hasta principios de septiembre, contabilizando también hechos frustrados.
Para el primer semestre del año se frustraron 17 atracos, 25 personas involucradas fueron detenidas y aseguraron 15 vehículos empleados para el traslado de mercancía robada.
Intervención de Gendarmería
El 22 de junio, un grupo especial de la Gendarmería llegó a la comunidad de Santa María Magdalena en Querétaro para disuadir el robo al tren, fue entonces que el gobierno de San Juan del Río levantó a mano para demandar su presencia en La Valla y La Llave.
El alcalde Guillermo Vega Guerrero solicitó destinar 50 elementos para intervenir en delitos de carácter federal como el robo al tren y también en ductos de Pemex.
Explicó que, debido a que canalizaban recursos de la corporación municipal a la prevención de delitos federales, la capacidad de respuesta ante hechos del fuero común y faltas administrativas se veía disminuida.
Fue en agosto de este año cuando se confirmó la presencia de la Gendarmería en San Juan del Río. Los elementos intervinieron por primera vez para frenar un robo en La Valla; sin embargo, su reacción fue tardía, según refirieron custodios de la empresa de vigilancia de las vías.
Fueron artículos de belleza y equipos de sonido los que se robaron; los ladrones lograron llevarse una parte, otra fue abandonada en las vías y protegida por los gendarmes.
En las últimas semanas incrementaron los robos a vagones, así como enfrentamientos a balazos entre vigilantes y ladrones, por lo que aumentó también la presencia de la Gendarmería, pero a destiempo, coinciden los habitantes.
Días después, el edil descartó que la presencia de la corporación fuera permanente, ya que se trataba de un grupo asignado a la capital del estado. Sin embargo, luego de que descarriló el tren en Tequisquiapan, la presencia de los gendarmes incrementó en ambos municipios.
Hasta diciembre, los recorridos de los elementos de la Gendarmería se han mantenido en San Juan del Río.
Discriminación laboral, herencia de los robos
Posterior al descarrilamiento del tren, los esfuerzos de los tres niveles de gobierno para prevenir y combatir los hurtos generaron resultados satisfactorios, con la disminución significativa de eventos, la localización de bodegas con mercancía y la recuperación de artículos.
Sin embargo, para los habitantes de las comunidades en donde se comete este delito, el camino para limpiar su imagen es largo, pues durante los últimos años han sido víctimas de discriminación en los sectores laborales, en especial los habitantes de La Llave, a quienes catalogan como ladrones de trenes.
Numerosas historias fueron compartidas este año por jóvenes originarios de la localidad, a quienes se les dificultó obtener trabajo, sobre todo en el sector industrial, por su lugar de origen. Al final de este año, las quejas por esta distinción continuaban reportándose.
Se suman habitantes a combate
La madrugada del 2 de mayo, con palos en mano, cerca de 20 habitantes de La Llave impidieron el hurto de mercancía que fue descargada de vagones de un tren. Los vecinos, cansados de los recurrentes robos, se enfrentaron a un número menor de ladrones e impidieron que se llevaran latas de aluminio sustraídas del tren.
Esta fue la primera vez que un grupo de habitantes se organizó para impedir el hurto de mercancía del tren, delito que los afecta por las concisiones de inseguridad que se generan en la zona y la discriminación a la que se enfrentan los jóvenes en la búsqueda de empleo.
Aunque los ladrones huyeron del lugar, a las siete de la mañana aproximadamente, personas ajenas a la localidad llegaron a las vías para intentar llevarse las latas de aluminio que habían quedado abandonadas, los habitantes de nueva cuenta impidieron el hurto, en espera de que corporaciones de vigilancia llegaran para asegurar el material.
Temen denunciar
El secretario de Gobierno, Fernando Ferrusca, reconoció que los habitantes han dejado de denunciar los hechos ante el temor de ser amenazados por los grupos dedicados al robos. El municipio ha encontrado en los últimos meses el apoyo esperado de corporaciones federales y los hurtos han disminuido de forma positiva, coinciden autoridades y los propios habitantes de comunidades como La Llave y La Valla.