La inseguridad y la creación de espacios públicos para el esparcimiento de la juventud deberían ser atendidos antes que la construcción del eje estructurante que el gobierno del estado prevé hacer en avenida Zaragoza, manifestó Rafael Téllez Morales, representante de la Mesa de Concheros Águila Azteca.
Aseguró que la verdadera intención de este eje es la construcción de un corredor turístico dentro del barrio San Francisquito, con lo cual se verían afectadas las tradiciones y la venta de productos indígenas.
“No estamos dispuestos a perder nuestra identidad, somos los indígenas urbanos que los políticos no reconocen y que hemos habitado el barrio del Sangremal, ahora nos toca proteger a nosotros nuestros barrios de origen”.
Además, representantes de las colonias La Pastora y La Cruz externaron su descontento por esta obra, motivo por el que se manifestaron danzando por la tarde sobre Zaragoza, partiendo de la calle Insurgentes Queretanos.
“No queremos museos en nuestros barrios, no queremos sus grandes tiendas comerciales, no queremos sus hoteles, no queremos vender las casas a los extranjeros para convertirnos en San Miguel de Allende, que rompió y dividió su tejido social”, expresaron.
Juan Pablo Vega Pichardo, representante de la asociación Defendiendo a Querétaro, hizo un llamado a que toda la ciudadanía se sumen a este tema para poner freno a un gobierno “represor”.
“Que simplemente quiere establecer una obra sin tener las concesiones a la mano exhibidas al pueblo queretano, sin tener pruebas documentales de a quién esta concesionado el transporte público actualmente, cuál va a ser la afectación para todos los miles de usuarios del transporte público que van a pagar más por los trasbordos”, manifestó Vega Pichardo.
A principios de mayo entregaron un pliego petitorio en donde se exigen estudios de desarrollo sustentable, y aún no han recibido respuesta por parte de las autoridades estatales.
El anuncio de la construcción de este eje estructurante ha generado polémica también entre los ambientalistas, quienes anteriormente se manifestaron por la supuesta poda y deforestación de los árboles que están sobre el camellón y banquetas.
Ante esta situación el gobierno estatal se comprometió a no iniciar obra alguna hasta que las organizaciones ambientalistas estuvieran de acuerdo con el plan de reforestación y mantenimiento de las áreas verdes en Zaragoza.