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Aunque se suele decir que hacerse un tatuaje es una decisión difícil porque estará para siempre en la piel, la realidad es que ahora existen distintos métodos para removerlos.
Si bien, las personas no acuden a tatuarse pensando que lo van a retirar después, es cierto que se suelen tomar malas decisiones que tiempo después orillan a las personas a buscar un método que borre dicho dibujo de su piel, dice Samantha Guevara, propietaria de un negocio especializado en el retiro de tatuajes que opera en la capital queretana.
Comenta que los cinco motivos más frecuentes por los que la gente se retira un tatuaje son los siguientes: alguna ruptura amorosa, pasó de moda, el tatuaje tiene una baja calidad, u otros motivos, quieren realizar un cover up por profesionales.
Guevara agrega que alrededor de 70% de su clientela decide removerse el tatuaje debido a una ruptura amorosa.
“Ocho de diez personas que se retiran un tatuaje por una ruptura amorosa se tatuaron antes de los 24 años, una etapa de comportamientos impulsivos y rebeldía”, explica.
Añade que se puede tratar del nombre de su expareja, sus iniciales, un corazón o diseño vinculado a su relación, del cual buscan deshacerse para olvidar.
Las mujeres, asegura, son quienes más acuden a retirarse un tatuaje por rupturas sentimentales.
“El 70% de los procedimientos de este tipo los realizamos en mujeres, quienes desean olvidar a su pareja. En la mayoría de los casos son ellas quienes pagan el tratamiento, pero en tres de cada de diez casos es una nueva pareja quien paga un porcentaje o la totalidad del procedimiento, o bien, animan a su pareja a quitarse el tatuaje del ex”, explica Guevara.
La especialista agrega que muchos diseños o estilos de tatuaje se ponen de moda en algún momento, pero después se vuelven muy comunes, la gente se aburre de ellos y dejan de ser atractivos, por lo cual deciden retirarlos.
Abundó que todavía existen centros de trabajo e industrias profesionales en donde los tatuajes son mal vistos, e incluso son motivos para no contratar a una persona.
Por ello, todavía es común encontrar a personas que acuden a removerse un tatuaje con el fin de ser candidatos para un puesto específico, o bien, desean proyectar una imagen laboral más tradicional.