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Durante las vacaciones de verano aumenta el consumo de alcohol hasta en 40%, de acuerdo con estimaciones del Consejo Estatal Contra las Adicciones (CECA) cuyo titular es Guillermo Tamborrel Suárez.
El funcionario explicó que en el año hay distintas temporadas que fomentan el consumo de bebidas embriagantes, como son los periodos vacacionales, fiestas patrias o decembrinas, por citar algunos ejemplos.
Refirió que estos fenómenos se deben a las actividades de esparcimiento que celebran las familias y grupos de personas durante los días de descanso.
“Por temas de temporada, incluso por el tema de calor, aumenta el consumo de alcohol; se incrementa entre 30 y 40%, y con ello aumentan las consecuencias”, informó el comisionado del CECA.
Agregó que con este consumo también se elevan las consecuencias como los accidentes de tránsito o incidentes de violencia en el hogar y en los sitios de celebración —entre grupos de amigos o en establecimientos comerciales—.
“Lo que viene con esto también son los accidentes, las lesiones, la violencia familiar, inclusive entre amigos en donde las personas acaban a golpes”, indicó.
Recordó que hay una diferencia entre el consumo y la adicción, sin embargo, es necesario tomar medidas preventivas y evitar la ingesta excesiva; se calcula que 50% de los consumidores son jóvenes, incluso desde la adolescencia.
Adicciones en el trabajo. En conferencia de prensa, el comisionado también informó que cuentan con un programa para tratar las adicciones de sus trabajadores, ya que el consumo de drogas o alcohol genera una baja productividad que repercute también en la economía de las empresas.
Dijo que cuentan con espacios como talleres y tratamientos gratuitos para quienes lo requieran; para poder acceder solo se requiere hacer la inscripción respectiva y acudir a los talleres que indique el CECA, en caso de que sean cuatro personas o más, el personal del CECA acude a las empresas.
De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), indicó Guillermo Tamborrel, 25% del ausentismo laboral es porque los trabajadores tienen resaca y no están en condiciones de asistir, además que hay otras consecuencias como mayores errores humanos en la producción o administración.
“El ausentismo ronda el 25% y es cuatro veces superior de quienes no consumen, reciben cinco veces más sanciones disciplinarias, recurren tres veces más a las prestaciones por enfermedad y presentan cinco veces más solicitudes de indemnización que aquellos trabajadores que no abusan del alcohol o no consumen cualquier otra sustancia”.
