Es claro que la pandemia detonó factores de ansiedad y estrés entre la población, y para evitar que la situación escale a suicidios es importante que este se desmitifique y que la población invierta en su salud mental, declaró Diana Ivette Garfias Medina, presidenta del Colegio Estatal de Psicólogos de Querétaro (Coepsique).
La especialista aclaró que invertir en salud mental va más allá de acudir a una consulta; “lleva a desarrollar herramientas que permitan afrontar los problemas del entorno, generar rutinas que ayuden a tener salud mental y aprovechar los medios de comunicación existentes para fomentar los lazos tanto sociales como familiares”.
La problemática está rodeada de ideas falsas, por ejemplo, que quien habla o amenaza con suicidarse no lo hará, expuso.
El suicidio es un tema muy delicado y quien intenta quitarse la vida puede que lo exprese o no de manera previa, lo que debe llevar a las demás personas a estar atenta a indicadores de una posible ideación suicida.
“Todavía, en muchos contextos, hablar de este tema es escabroso, no se quiere, se rehúye, y eso dificulta más la prevención del suicidio”, señaló.
Las causas que orillan a una persona a quitarse la vida pueden ser múltiples, entre ellas: estrés familiar, desempleo temporal, acoso laboral, violencia sexual, dificultad para poder equilibrar la vida laboral con la personal, problemas, trastornos sicológicos, depresión y ansiedad.
“Entre las conductas se encuentra que de pronto una persona se vuelva más retraída en su convivencia con amigos o familia; que pierda interés en pasatiempos o cosas que disfruta, por ejemplo, alguien dibuja y de repente ya no lo haga más”, dijo.
Podrían llegar a interpretarse como factores de riesgo que no responda a elogios, reconocimientos, búsquedas afectivas o sociales, presente actitudes de aislamiento, soledad e incluso huir al contacto social, que empiece a consumir de manera excesiva drogas o bebidas alcohólicas; que tenga dificultades para atenderse, si es que tiene una enfermedad crónica, añadió.
“Como señal de alerta claro que se encuentra externar frases como ‘Dejaré ser un problema para los demás’, ‘Nadie me puede ayudar’, ‘Ojalá estuviera muerto’ o ‘Este problema no tiene solución’”, explicó.
De ahí que advirtió que resulta necesario adoptar rutinas saludables que ayuden a la salud mental y ayudar a que la población cuente con herramientas que le permitan enfrentarse de manera sana al entorno.
Los estereotipos que con relación al suicidio se tenían entre hombres y mujeres pueden, tal vez, responder aún a las personas de 19 a 25 años, pero ya no corresponden con quienes tienen de 10 a 19 años, que también se encuentran entre quienes cometen suicidio.