Avil León Hernández, de 22 años, es oficialmente una persona no binaria, luego de tramitar una nueva acta de nacimiento en Ciudad de México, entidad de la República donde ya hay una ley de reconocimiento de la identidad de género de las personas, al igual que en 17 estados del país.
Sin embargo, Querétaro no se ha adherido a esta tendencia pese a que, también la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha emitido sentencias en favor de reconocer la identidad de género de las personas en los documentos oficiales.
Estudiante de Ciencias de la Seguridad en la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), Avil pudo realizar este trámite con asesoría legal de Lucie Mignon Montalvo, encargada del área de atención de Diversidades y Disidencias Sexuales de esa institución.
Los ejes de su licenciatura, además, le motivaron para buscar este reconocimiento de su identidad; no obstante, en Querétaro se topó con la negativa.
“Los ejes rectores de mi carrera son la seguridad y las dignidades humanas, y es por lo que estoy luchando. Me ayudó especialmente la maestra Lucy, empecé este trámite desde noviembre y de inmediato vine a Querétaro, pero aquí se me negó la atención”, señaló.
El trámite, explica, es sencillo. Sólo busca que se reconozca el acta de nacimiento en la que ya se le reconoce como persona no binaria y se resguarde la anterior, sin embargo, las autoridades del Registro Civil le negaron la atención argumentando que no existen normas locales en la materia, pese a que la resolución de la Corte debería ser vinculante en todos los órdenes de gobierno.
El tener dos actas de nacimiento es contraproducente en varios sentidos; por ejemplo, al realizar trámites en instituciones de salud o educativas, pero también al tramitar otros documentos que ya deberían tener su identidad reconocida. El Instituto Nacional Electoral (INE), recordó Avil, ya le emitió su credencial para votar con la leyenda “no binaria” y sólo necesitó el acta de nacimiento recién tramitada.
Como recuerda Avil, la discriminación entre personas transexuales y no binarias es común. El que las personas se definan como parte de la comunidad Lésbico-Gay-Bisexual-Transexual (LGBT+) también lo es, pero para quienes no entran dentro de los parámetros de lo que para la sociedad “se ve” como un hombre o una mujer, suele ser peor y, en ocasiones, escala a la violencia, como ya le sucedió en una ocasión dentro de la misma UAQ, donde fue golpeada.
Combatir la discriminación, consideró la estudiante de la Facultad de Derecho de la UAQ, debe ir necesariamente de la mano de quienes la viven, pero además sostiene que no se puede combatir la discriminación hacia las personas no binarias y transexuales si desde un inicio no se les reconoce como tal, ante las instituciones gubernamentales y en sus documentos oficiales.
“Sí había sufrido discriminación, pero no de forma tan tajante (como en el Registro Civil). En la calle siempre hay agresiones y hasta una vez en la UAQ sufrí una violencia física, en la kermés que se hace en septiembre, dentro de mi propia escuela, pero tampoco pude denunciar porque sólo se fue”, recordó.
Este es entonces sólo un primer paso, pero de los más importantes, para reconocer las problemáticas de un colectivo social de casi un millón de personas en el país que, según datos oficiales, tiene una esperanza de vida de apenas 35 años debido a las múltiples violencias de las que suelen ser víctimas, además de estar relegados por la sociedad a trabajos como la prostitución o estéticas.
Discuten ley sin consultarnos
Además, Avil y sus compañeras de la colectiva Querétara Ballrrom, reprocharon en rueda de prensa que la Ley de Identidad de Género impulsada por la Legislatura local se haya hecho sin consultar a las personas trans y, consideró, los colectivos LGBT+ y las instituciones gubernamentales buscan colgarse la medalla “de los derechos humanos” a costa de ellas.
Esta norma, explicó, no considera a las personas no binarias que sí se establecen en las reformas constitucionales como la de la Ciudad de México, por lo que dijo que es necesario que tanto los colectivos como los legisladores socialicen esta iniciativa con la población directamente afectada, y en la que se establezcan protocolos de atención para garantizar la igualdad sustantiva de todas las personas.
“Hay una iniciativa, pero no nos consultaron; no toman en cuenta las necesidades y la perspectiva de las personas trans, metieron desde lo que ellos creen. Su intención es buena, pero no lo hacen de la mejor manera, porque tampoco sabemos cuál es la intención, si agarrarla como estandarte (político)”, señaló.
Por ahora, Avil ha mantenido ya tres años de activismo con esta colectiva en la que se busca crear un espacio de apoyo y seguridad para personas no binarias, transexuales y, en general, de las disidencias sexuales y en las que se produce, además, un hermanamiento alrededor del ballroom, una cultura urbana de liberación, empoderamiento y arte.
El acompañamiento, por ahora, sigue siendo de las mismas personas transexuales y no binarias; mientras que las autoridades continúan, recordó, evitando reconocer su existencia.