Hasta el templo de La Congregación llegan miles de feligreses, como cada 12 de diciembre, para rendir homenaje a la Virgen Morena, a Guadalupe, para agradecer los favores recibidos o sencillamente dar gracias por otro año de vida y salud.

Desde la víspera los devotos guadalupanos llegan al principal templo dedicado a la Virgen del Tepeyac en Querétaro. Arriban cargados de fe y devoción como en todo México. Llegan en parejas, en familia. Otros lo hacen solos, en silencio.

FOTO: DOMINGO VALDEZ
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Poco importa la temperatura que desciende hasta los 14 grados con una sensación térmica de 12. Los fieles son de todas las edades, aunque los adultos mayores destacan. Acuden a rendir tributo a la virgen que además de su importancia religiosa, juega un papel importante en la identidad nacional.

Conforme avanza la noche, el número de feligreses es mayor. Familias enteras llegan al recinto guadalupano.

FOTO: DOMINGO VALDEZ
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Un hombre acude hasta La Congregación. Lleva consigo un carrito de mercado lleno de bolsas negras y una máscara de las usadas en la película V de Vendetta. El hombre coloca un cojín en el suelo, frente a la entrada del templo, y se hinca para rezar, a un lado de la estatua de San Juan Diego.

Un niño que llega con su madre lo ve con curiosidad. Lo observa unos segundos y extiende un chocolate al hombre. Le regala su golosina. El hombre agradece con un “Dios te bendiga, mi niño”. El menor se retira con una sonrisa en la boca, satisfecho por el gesto de buena voluntad que acaba de hacer.

La Virgen de Guadalupe va más allá de los templos. Es una imagen que para muchos está a la par del himno nacional o la bandera. Es un símbolo de la cultura popular, que ha sido inspiración para músicos, artistas plásticos, poetas, y centro de debates, como el generado por Guillermo Schulenburg, abad de la Basílica de Guadalupe de 1963 a 1996, año en el que dimitió de su cargo, por insinuar en una entrevista que San Juan Diego nunca existió.

En las calles aledañas a La Congregación los puestos de comida ofrecen buñuelos, flautas, jarritos preparados, tamales, entre otras viandas. Los puestos se instalaron desde el jueves a mediodía. Avenida Pasteur se cierra a la circulación de los vehículos, para evitar un percance.

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Los devotos llegan desde este miércoles al templo guadalupano, aunque en menor número. La mayor cantidad de fieles guadalupanos que llegan hasta La Congregación lo hacen a medianoche, justo cuando se cantan Las Mañanitas a la Morenita del Tepeyac. Por la tarde comienzan las celebraciones. Procesiones, rosarios y una misa, son el preámbulo de los festejos guadalupanos en el primer cuadro queretano.

Las campanas del templo reciben a los feligreses y a las distintas profesiones que anuncian su llegada con cohetones que explotan con estruendo en lo alto del cielo oscuro.

Para algunos de los peregrinos el arribo no es sencillo. Una mujer en silla de ruedas no puede subir al templo. Es acompañada por su familia. Tiene que dejar la silla y caminar al interior. Lo hace con calma y a pasos lentos, impulsada por la fe.

Una de las primeras peregrinaciones en llegar a La Congregación es la de comerciantes del Mercado de Abastos, que acompañados de una banda llaman la atención de los otros devotos que sacan sus teléfonos celulares y comienzan a grabar.

Su ofrenda a La Guadalupana son cajas llenas de frutas que bajan de la camioneta donde llevan una imagen de la virgen hecha de madera. Son recibidos por los curas, quienes los “bañan” con agua bendita, mientras la banda interpreta “La Guadalupana”.

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Lentamente entran al templo que desde hace al menos una hora ya está lleno de devotos que rezaron el rosario, o que poco a poco han llegado hasta el recinto religioso para adorar a la Morenita del Tepeyac.

A un costado del templo los exvotos de los fieles dan cuenta de los milagros hechos por la virgen. Los dibujos y los textos explican los sucesos milagrosos. Por ejemplo, un hombre que agradece estar vivo luego de que un clavo atravesara su cabeza, llegando hasta el cerebro, pero sobreviviendo al accidente.

Otros dan gracias por otras razones, cómo haber arreglado unas escrituras de unas propiedades. Otra devota da gracias a la Virgen de Guadalupe porque la ayudó a terminar su carrera.

La celebración continúa durante toda la noche. A las 12, se cantan Las Mañanitas a la virgen. Es uno de los momentos culminantes del festejo, cuando miles de fieles están presentes en La Congregación.

“La fiesta es toda la noche”, dice un hombre a unos turistas que se acercan al templo y a los puestos de comida de Pasteur.

No son los únicos. Dos mujeres japonesas llegan hasta La Congregación, atraídas por los cohetones, la música y el olor de la comida caliente, el ponche y el atole de diferentes sabores.

La fiesta apenas comienza en La Congregación para adorar a la virgen que decidió que quería un templo en un cerro en las afueras de la Ciudad de México un 12 de diciembre de 1531.

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