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Por anomalías en los registros de capacitación para el uso de desfibriladores durante la cuenta pública de 2017, la Auditoría Municipal de Fiscalización de Querétaro está en el proceso de integrar una carpeta de investigación.
El titular de la Unidad Municipal de Protección Civil de Querétaro (UMPCQ), Carlos Rodríguez di Bella, explicó que esta observación fue hecha por la Entidad Superior de Fiscalización (ESFE) y radica en la inconsistencia en el número de personas capacitadas.
“La ESFE encontró irregularidades en la entrega-recepción de los procesos de capacitación, misma que fue debidamente documentada y asimismo la Auditoría del municipio ya inició los procesos correspondientes, y esperamos que en días siguientes tome las determinaciones pertinentes para sancionar, en dado caso de que existan responsabilidades administrativas para los funcionarios o ex funcionarios que hayan tenido alguna responsabilidad”, enfatizó.
Rodríguez di Bella señaló que se le pagó a una empresa, cuyo nombre no relevó, alrededor de 4.8 millones de pesos para capacitar a la ciudanía, pero hay irregularidades de parte de la dirección hacia el área de administración.
Detalló que no coinciden las firmas de las personas capacitadas con las que asistieron al curso; hay alrededor de 40 mil personas que se tenían que capacitar, pero no están las mismas cifras registradas.
“Lo que no existe son los respaldos documentales que se haya capacitado a ese número de personas que refieren los reportes”, puntualizó el funcionario.
Dicha observación, aseveró, es vigente, ya que la ESFE apenas entregó al gobierno municipal el pliego final de observaciones, los cuales están en proceso de integración de la carpeta de investigación.
“La ESFE hizo alrededor de 40 observaciones de esa cuenta pública, y alrededor de 28 son por obras públicas y las restantes son de otros varios temas, entre ellos éste”, señaló.
Durante 2017, la anterior administración municipal lanzó el programa Ciudad Cardioprotegida, para el cual se invirtieron 5.4 millones de pesos para la adquisición de alrededor de 93 desfibriladores automáticos externos, los cuales se instalaron en diversos puntos de la ciudad.
Para octubre de ese mismo año ya se había capacitado a 100 elementos de la policía municipal y 50 elementos de la línea de emergencia 911.
La intención de este programa era convertir a Querétaro en una ciudad pionera del país en la cardioprotección, con la intención de salvaguardar la integridad física de la población y reducir las muertes por ataques al corazón.