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Además de ser enfermera que atiende pacientes graves de Covid-19 en el Hospital General de Querétaro, Haydee es mamá de una niña de 12 años a la cual no verá este día en el que se festejan a las madres, pues el temor a un posible contagio de esta enfermedad en su centro de trabajo la obligó a mandar a su hija desde hace tres meses a vivir temporalmente a Michoacán.
Las lágrimas en el rostro de Haydee se hacen presentes cuando habla de su hija: “Yo soy una heroína para ella, que está salvando a las personas que tienen Covid”, pero también expone que todos los días tiene miedo de contagiarse del virus, “me preocupa porque tengo una hija y un esposo”.
El festejo del 10 de mayo en esta ocasión será diferente para ella “El separarme de ella es como haber dejado mi corazón allá. Es difícil no poder abrazarla en los momentos que me necesita”.
Haydee Urincho Castillo es una mujer de 28 años de edad, con seis de ellos de experiencia profesional, que además de ser madre y esposa de un enfermero, también trabaja en el Hospital General de Querétaro, donde tiene diversas actividades en el área de infecciones respiratorias agudas, que es donde están los pacientes intubados más graves por el Covid-19.
La distancia fortalece
Al conversar con EL UNIVERSAL Querétaro, dice que “desde hace tres meses no veo a mi hija, pues yo trabajo aquí en Querétaro y mi hija está en Michoacán, allá la mande con mi hermana. El separarme de ella es como haber dejado mi corazón allá, es extrañarla diariamente, no poder abrazarla, no poder estar con ella en los momentos que más necesita, eso es muy difícil”, señala la enfermera que cada día lucha para salvar a los enfermos durante la pandemia.
Dice que en esta ocasión no festejará el Día de las Madres, pue la pasará en casa, debido a que no le toca laborar. “Vamos a realizar una oración por todas las mamás del mundo, ese va ser nuestro festejo más grande”, señala.
Será un 10 de mayo en el que tendrá que hacer uso de la tecnología como ya es costumbre en esta época de pandemia, en la que se han incrementado las conversaciones virtuales.
Haydee puntualiza que nunca pasó por su mente estar lejos de su hija por cuestiones laborales, además de que por el momento no hay fecha para reencontrarse físicamente con ella, “pues primero debe de terminar todo esto, es decir, que ya esté todo tranquilo y sepamos que ella ya no va correr ningún peligro”.
El alimento que la fortalece todos los días a pesar de la distancia que tiene con su hija, “es que para ella, para mi pequeña, yo soy una heroína que está salvando a las personas que tienen Covid-19, y me pide que me cuide mucho y de broma me dice que no vaya pronto a verla para que no le lleve yo el Covid a ella”.
Además, Haydee comparte que tampoco verá este día a su mamá, debido a que ella vive en Chicago, en Estados Unidos.
“Yo también tengo la angustia que le pueda pasar algo por allá, que se enferme ella o alguno de mis familiares, y yo no les pueda ayudar”, menciona.
A las mujeres que son madres y están enfermas y que pasarán este día en el hospital o recuperándose del coronavirus, “yo les pido que le echen ganas, pues la mamá es el motor de la casa para todo”.
Además una madre, expone, cuando ve a un hijo enfermo, se convierte en una extraordinaria enfermera. “Y aunque no conozcan de medicina también le hacen de doctoras y hasta de cocineras. Ellas son el pilar de todo.
Satisfacción personal
A pesar de los sacrificios personales que hace todos los días en su vida, sobre todo en esta época de pandemia por el Covid-19, Haydee enfatiza que no se arrepiente de haber estudiado enfermería, “yo creo que estoy en el camino correcto”.
“Desde los cuatro yo dije que iba a ser enfermera y aquí estoy, siempre me gustó el uniforme y el poder ayudar a los demás. Es muy emotivo ser enfermera.
“La parte más bonita de la enfermería es cuando ves que tus pacientes logran salir adelante de sus padecimientos y se reintegran a su vida social, esa es la mayor satisfacción que tenemos como personal del sector salud”, menciona.
Haydee es egresada de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, en Morelia ,“y buscando una oportunidad de trabajo es como llegué hace un año Querétaro, ciudad en la cual me han recibido de muy buena manera. Estoy muy contenta de vivir aquí”.
En este momento que atiende pacientes de Covid-19, dice que todos los días se viven situaciones de angustia, frustración y preocupación, debido a que “existe el temor de que nos contagiemos, a pesar de que estamos bien protegidos con un equipo que nos produce mucho calor y que no nos podemos quitar”.
“Nunca nos imaginamos que se presentara un problema de tal magnitud, al ver pacientes todos los días en estado grave, se nos viene a la mente que el enfermo podría ser un familiar de uno”.
Para el personal de salud, en esta coyuntura de emergencia sanitaria, enfatiza que el momento más satisfactorio y bonito “es cuando se da de alta médica a un paciente. Hace una semana nos trajeron una bolsa de dulces con el nombre del paciente y un agradecimiento de su familia. Ese fue un gesto muy bonito”.
También dice que fue muy emotivo escuchar y ver al personal de seguridad estatal y de los reclusorios que se presentaron hace algunos días afuera del Hospital General “para echarnos porras”.