Para atender a quienes sufren la adicción al tabaco, el IMSS aplica terapia psicológica y farmacológica para que los pacientes resuelvan los problemas emocionales y mediante chicles y parches con suplementos de nicotina se busca evitar el síndrome de abstinencia.
Asimismo, la delegación en Querétaro tiene un convenio de colaboración con el Centro de Integración Juvenil para quienes quieren abandonar el hábito del cigarro. El derechohabiente acude a su Unidad de Medicina Familiar, expone su inquietud al médico y éste lo canaliza por medio de Trabajo Social, explicó el doctor Édgar Mondragón.
Señaló que los chicles y los parches cutáneos inician con una dosis de nicotina que se va reduciendo hasta dejar de consumir dicha sustancia.
El uso de ansiolíticos y antidepresivos ayudan a la persona y apoyan en el proceso de dejar de fumar durante esta etapa de estrés que cursa quien quiere dejar el tabaco, expuso.
El especialista en neumología afirmó que por problemas relacionados con el consumo del cigarro, en el Seguro Social se atienden alrededor de 300 mil derechohabientes al año en consulta externa.
Comentó que una persona se hace adicta al tabaco cuando para desarrollar sus funciones habituales requiere del estímulo del cigarro, que contiene la nicotina necesaria para motivarla a efectuarlas.
Resaltó que el tabaquismo es causa de tres padecimientos crónicos fundamentales no transmisibles: enfermedades cardiovasculares, que provocan infartos cardiacos; cerebrovasculares (como coágulos en el cerebro), y respiratorias crónicas, principalmente enfisema pulmonar y bronquitis crónica.
Además, tumores malignos, cáncer de pulmón, laringe, tráquea, esófago, estómago, mama y vejiga, entre otros.
Indicó que las estadísticas mundiales refieren que 17.3% de la población fuma; 21.9% son hombres y 12.7%, mujeres.
En la adolescencia, entre los 13 y los 15 años de edad, agregó, la relación de hombres y mujeres fumadores es uno a uno sobre todo en los países en desarrollo.