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Por el viernes de Dolores, ayer por la mañana colocaron altares en las principales plazas del centro de la ciudad. La Diócesis de Querétaro convocó a la población a no perder tradiciones tan importantes como ésta que se lleva a cabo un viernes antes de la Semana Santa.
El vocero de la diócesis, monseñor José Martín Lara Becerril, destacó que se trata de una tradición que ha conservado la iglesia católica a lo largo del tiempo.
Recordó que antes de la Semana Santa, se coloca el altar de Dolores. “El viernes de Dolores está la misa que es el centro de todo, pero también hay una actividad de piedad popular que es el altar de Dolores”, dijo.
“Esta es una costumbre muy bonita, ojalá que no la dejemos perder, y al contrario se fortalezca, aquí en el centro de Querétaro era una tradición realmente muy arraigada”, mencionó.
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En México se originó en 1519, cuando Fray Bartolomé de Olmedo erigió en San Juan de Ulúa, Veracruz, el primer altar del continente americano para fomentar la devoción a la Virgen María como parte de la evangelización de los indígenas.
Recordó monseñor, que en aquel entonces, esta fiesta se extendió por toda la ciudad de Querétaro, donde se ponían altares en casas, comercios, mercados, plazas públicas, museos e iglesias.
Las puertas de las casas se abrían al público, la gente salía a las calles para visitar los altares, y después de hacer una breve oración se hacía la pregunta ¿aquí lloró la virgen?, y los habitantes de la casa respondían, “Sí aquí lloró” y después se obsequiaba agua de limón con chía.
Los elementos que lleva el altar de Dolores son: naranja agria, que expresa la amargura del dolor de la virgen por la pasión y muerte de Jesús en la cruz. La manzanilla, por su fragante olor, representa la santidad de Dios y el reconocimiento de la divinidad de Jesús.
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El germinado de trigo: La harina es una expresión de Jesús como el pan de vida, y el hecho de que germine en la oscuridad, representa la resurrección de Jesús.
El aserrín: al ser madera, representa el madero de la cruz. Las banderitas doradas expresan las monedas por las cuales fue vendido Jesús.
Las flores blancas: vienen a representar la pureza de la virgen en medio del dolor.
Las flores moradas expresan el luto de la virgen y de la iglesia.
El agua de chía y limón son las lágrimas amargas de la virgen.