La falta de tiempo fue lo que llevó a que el Poder Ejecutivo publicara la reforma que legaliza las uniones entre personas del mismo sexo, no se debió a un tema de discriminación, aseveró la secretaria estatal Gobierno, Guadalupe Murguía Gutiérrez.

La funcionaria explicó que se escucharon a todas las personas que buscaron ser atendidas, de entre ellas a grupos religiosos, que exigían el gobernador vetara la reforma.

Agregó que mientras aún se escuchaba a los diferentes ciudadanos que solicitaron audiencia ante el mandatario estatal, estaba por concluir el periodo para la publicación por parte del Ejecutivo, de ahí que la 60 Legislatura cumplió con lo que establecen los lineamientos para que la reforma pudiera entrar en vigor.

“No hay discriminación alguna, el Ejecutivo no hizo observación ninguna a la legislación, a la modificación al Código Civil que hizo la Legislatura y se procedió a su publicación en los términos de la ley, no hubo discriminación alguna”, remarcó Murguía Gutiérrez.

Descartó que la forma en la cual se publicó [en los medios de comunicación], pueda interpretarse como un acto de discriminación, pues se cumplió con lo que marca la ley.

“Después de que se aprobó, a finales de la Legislatura pasada, empezamos con reuniones, en las que estuvo tanto el [titular del] Ejecutivo del estado como una servidora, platicando con grupos de todas las orientaciones y con todas las posiciones; esto se extendió y por el plazo que señala la propia Constitución; si en un plazo de 30 días no se procede a la publicación, ni se hacen observaciones, ya le corresponde a la Legislatura tomar los acuerdos para publicarlo”, expuso Murguía Gutiérrez.

Dio que como secretaria de Gobierno del estado, se reunió con representantes de organizaciones civiles, quienes le expusieron la necesidad de respetar el derecho humano de contraer matrimonio, así como de realizar ajustes a las actas de matrimonio que se manejan en los registros civiles, mientras que la solicitud para que el gobierno vetara la ley se recibió de grupos que se autodenominan religiosos y profamilia.

“Era su propuesta en el sentido de que pudiera vetarse la ley, de tal suerte que se pusiera nuevamente en la mesa el tema de [llamar los matrimonios bajo el término de] las uniones de convivencia, de conveniencia; [exigían] otra forma diferente de relación [legal] entre las personas del mismo sexo que deciden contraer matrimonio”, indicó Murguía Gutiérrez.

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