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Sin duda alguna la ceremonia del Grito de Independencia del presente año fue particular, después de 2 años de pandemia donde los festejos patrios tuvieron que realizarse desde casa, por fin en este 2022 tuvimos la oportunidad de volver a encontrarnos en las calles para conmemorar de manera colectiva, un aniversario más de nuestra independencia. Aunque a lo largo y ancho del país hay diferentes ceremonias encabezadas por delegados, presidentes municipales y gobernadores, los reflectores siempre e irremediablemente se encuentran en el balcón de Palacio Nacional y en los miles de mexicanos y mexicanas que asisten a la plancha del Zócalo para acompañar al titular del Poder Ejecutivo Federal en este importante momento que honra nuestro nacimiento como nación independiente.
Y como es costumbre, el originario de Macuspana no nos decepcionó, salió puntual a la cita con el pueblo de México, y con un semblante rígido y aguerrido, dió un Grito de Independencia, único y particular, donde desde mi perspectiva es digno de resaltar el momento cuando desde lo más profundo de su ser grita : “Muera la corrupción, muera el clasismo, muera el racismo, vivan los pueblos indígenas. Viva la grandeza cultural de México, ¡Viva México! ¡Viva México! ¡Viva México!”
Y es que esta parte engloba en buena medida los objetivos centrales del gobierno de la cuarta transformación nacional, el cual busca gobernar desde la austeridad republicana, un país que desde su origen ha padecido de la marcada desigualdad de oportunidades, al mismo tiempo que le carcome el cáncer de la corrupción, repartido en cada uno de los aspectos de la vida pública nacional. En pleno debate por la seguridad del país y con una oposición política, cuyos ataques más que aportar a un justo y necesario debate, llevan a la polarización e inevitable división de las y los mexicanos, el presidente López Obrador exhorta desde Palacio Nacional a luchar por una sociedad que sea regida por la equidad en todos los sentidos, alejada de los prejuicios que desde hace décadas nos segmentan como ciudadanía.
Muchas críticas han llovido por la ceremonia del jueves pasado; sin embargo las opiniones a favor de AMLO también se han hechos presentes, para lo que para muchos ha sido el grito más representativo de las últimas administraciones. Por otro lado y centrándonos a nivel local, los festejos de Independencia no han salido de lo acostumbrado, lo mismo de siempre, solo un llamado vacío a la tolerancia, valor que no es compartido por la autoridad estatal ya que este primer año ha estado plagado no sólo de tragos amargos en cuanto a materia de seguridad, sino de actos represivos en contra de aquellos que disienten de la postura oficial, para muestra las irregularidades en el operativo para encontrar a los culpables de la barbarie del pasado 5 marzo en el Estadio Corregidora, donde la autoridad estatal atentó contra la vida de Cuauhtémoc Galindo y toda su familia, sin dejar de lado el brutal uso de la fuerza pública para diluir una manifestación en contra de la Ley Estatal de Aguas y a favor de la vida.
Prácticamente el cierre de año empieza con la culminación de las fechas patrias, tragos agridulces los que nos dejaron esas fechas. Con lo que me quedo es con el llamado a erradicar la corrupción, el clasismo y racismo, juntos por un México donde quepan todos los México existentes.