La discriminación es uno de los males más añejos y severos que hay en el globo, y en nuestra sociedad no es la excepción. Lastimosamente, encontramos múltiples formas de discriminación que no sólo estigmatizan y dañan la vida de las personas, sino que merman el progreso de la sociedad.
En México se presentan varias formas de discriminación. Hay unas muy recurrentes en todo el país, y otras que, si bien se pueden también encontrar en todo el territorio nacional, muestran mayor incidencia en ciertas regiones. A Querétaro no se le excluye de este escenario, también persisten acciones y discursos discriminatorios que nos impiden avanzar en sociedad de la manera como se espera.
Querétaro se ha destacado en los últimos años por el crecimiento económico que ha tenido gracias a una serie de razones, entre ellas, un decente nivel de seguridad con respecto a otros estados. Eso ha capturado la vista de muchos inversionistas, políticos, diplomáticos, migrantes, etc. Sin embargo, ese progreso económico que ha obtenido en la entidad, lamentablemente, no es el mismo que el que ha tenido en materia social, y eso debería ser de enorme preocupación tanto para el gobierno, como para la misma sociedad.
A pesar de los múltiples intentos por cambiar la concepción de las personas hacia un entorno más equitativo, sensible y progresista, hay mucha evidencia de que en Querétaro la discriminación no abandona la forma de comportarse y de pensar de autoridades y civiles. Afortunadamente, la entidad no registra cifras elevadas de feminicidios como otros espacios del país, aunque también hay que poner sobre la mesa que muchos asesinatos hacia las mujeres no se tipifican de esa manera por falta de pruebas o simplemente negligencia.
A pesar de ello, sin importar la cifra que haya de feminicidios, es crucial mencionar que éstos son un síntoma de la forma en que muchas personas, sobre todo hombres, conciben y tratan a las mujeres. Es una discriminación que se va gestando en la vida y que se va transformando en una relación de poder que al final se detona en un feminicidio. Hoy más que nunca, la educación con perspectiva de género para chicos y grandes es indispensable.
Conectado a lo anterior entra un caso de discriminación reciente en Querétaro que afortunadamente ha trascendido en la opinión pública. Un hombre transgénero denunció los tratos de discriminación que recibió y que condujeron a su despido injustificado en el Concyteq. Es importante que este tipo de situaciones no sucedan más en nuestra sociedad, pero si se presentan, es imprescindible que salgan a la luz y que se efectúen las investigaciones necesarias para identificar a los responsables y actuar con base en eso.
Un caso final que ilustra la discriminación en Querétaro fue el bullying que recibió un estudiante otomí por parte de sus compañeros de escuela, quienes lo agredieron, causándole quemaduras de tercer grado, según los reportes. La marca en la piel del estudiante con ascendencia indígena, a raíz de este incidente, podrá curar con el tiempo y los tratamientos médicos correspondientes, pero la que se permanece en nuestra sociedad por este ruin ataque debe quedar en la memoria de los maestros, autoridades y sociedad en general para denunciar actos de discriminación y cambiar nuestra forma de concebir las relaciones sociales.