“Se tiene que entender que la limitación del movimiento implica no un aislamiento social, tampoco un aislamiento económico, implica guardar una distancia, lavarse las manos, usar el cubrebocas y poder hacer actividades con estas limitantes”, comentó el médico Benito Escutia Castellanos, especialista en infectología.

El concepto nueva normalidad, dijo, implica nuevos patrones de conducta: “la pandemia no se va acabar de un día para otro, el año pasado se mencionaba que por lo menos en el 2022, 2023, se seguirá con los problemas, las mutaciones o variantes biológicas del virus están indicando que ahorita el virus tiene una facilidad de incrementar, pero puede aparecer en cualquier momento una variante que además genere cambios en el comportamiento de la enfermedad y que genera más daños”.

La variante Delta, agregó, ha demostrado que tiene mayor facilidad de propagarse, con una velocidad de cuatro o cinco veces mayor con respecto a la cepa original, pero no ha modificado la capacidad de daño que tiene en el organismo, el comportamiento del Covid sigue siendo el mismo.

Mencionó que el virus no reconoce estatus económicos ni grupo etario, pues afecta también a niños; en Querétaro hay seis menores infectados.

En el estado, refirió, se incrementaron el número de pruebas, fue una de las primeras entidades en hacer más pruebas. También fue unos de los primeros en no hacer caso a una señalización de colores, sino a escenarios A, B o C, “que no hablaban de otra cosa, sino de cómo limitar las actividades y los movimientos de la gente, esto con la idea de evitar confusiones futuras sobre el semáforo verde lo que significa que todo está en orden y la gente puede salir”.

Querétaro, subrayó el especialista, no es una isla, no se está aparte de lo que está ocurriendo a nivel nacional e nivel internacional sigue existiendo mucha irresponsabilidad por parte de la gente al no cuidarse y no usar correctamente el cubrebocas.

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