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El dulce típico conocido con el peculiar nombre de pedos de monja es considerado un manjar de la gastronomía queretana.
Si bien tiene un nombre que puede generar curiosidad e incluso algunas risas, lo cierto es que este postre de origen europeo se ganó el corazón de los mexicanos luego de que llegara a nuestro territorio después de la conquista.
¿Cuál es el origen de los pedos de monja?
El origen de los pedos de monja, también llamados pets de monja, se remonta a Barcelona en el siglo XIX, en donde un pastelero italiano creó unas deliciosas galletas a las que llamó petto di monca, que en español quiere decir “pecho de monja”.
Sin embargo, el nombre de este suculento postre experimentó un cambio debido a la pronunciación de los catalanes, puesto que en vez de decir “petto” decían “pedo”, derivando así en el nombre con el que nos referimos a este dulce en México, de acuerdo con el portal La Ruta de la Garnacha.
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¿De qué están hechos los pedos de monja?
Pero éste no fue el único cambio que experimentaron los pedos de monja al llegar al país. Una vez que estas galletas arribaron a Querétaro, los habitantes locales desarrollaron su propia receta en la que incluyeron ingredientes como huevo, azúcar, harina, ralladura de limón y cobertura de chocolate, como señala el sitio Cocina Delirante.
Así, los pedos de monja de Querétaro se convirtieron más bien en chocolates de leche con relleno, y aunque su preparación no requiere de muchos ingredientes, su elaboración no es sencilla, puesto que se necesita de una técnica correcta de batido para obtener la consistencia tan ligera que los caracteriza.