A los problemas de inseguridad y violencia a los cuales ya se enfrentaba la población queretana se sumó el miedo al Covid-19, que ha provocado que familias pierdan a sus seres queridos, lamentó el obispo de Querétaro, Fidencio López Plaza, al oficiar la misa con motivo del Domingo de Ramos.
Urgió a los fieles a quedarse en casa durante la pascua. “Jesús visitará cada casa de sus hijos; durante estos días de celebraciones no es indispensable que acudan a los templos en su búsqueda, pueden vivir los pasajes desde sus hogares y generar un buen encuentro tanto con él como con los miembros de la familia. Todas las celebraciones se podrán seguir desde las transmisiones de la diócesis”, declaró al realizar recomendaciones especiales para adornar las casas.
Si se acude a un templo, afirmó, resulta indispensable respetar las restricciones sanitarias.
“Jesús celebra la pascua con sus discípulos en una casa, la fiesta de la vida nació en una casa, quizá por eso la providencia de Dios, con ocasión de la pandemia, ha querido que volvamos a mirar la casa como un lugar privilegiado para encontrarnos con él. Esta Semana Santa, como la del año pasado y siempre, será una gran oportunidad para celebrar la pascua como familia, como iglesia, en la casa… con Jesús, la salud está en casa”, declaró López Plaza.
“La próxima semana, al celebrar la resurrección de Jesucristo también deberá celebrar la sociedad la entrada triunfal de la paz sobre la violencia, el triunfo de la sencillez por sobre la hipocresía, de la alegría sobre la tristeza, la vida sobre la muerte y del amor por sobre el odio”, recordó el religioso.
Agregó que la entidad se prepara para vivir las celebraciones de una manera diferente, toda vez que se ha debido enfrentar los estragos provocados por el coronavirus.
“Únicamente sumando esfuerzos se logrará superar la situación, pues es en conjunto que se construye el tejido social”, afirmó.
“Estamos en condiciones para entrar en el misterio divino y contemplar la pasión de nuestro pueblo, espantado y agobiado ya no solo por la inseguridad y la violencia, si no por Covid-19, que ha venido a aumentar el miedo y el sufrimiento y las listas de nuestros difuntos”, lamentó López Plaza.
“El cambio de época y la aparición del Covid-19 generaron cambios culturales impresionantes: algo tan simple como el uso del cubrebocas tiene un significado más importante, al igual que lo tiene el hecho de contar siempre con manos limpias”, destacó.
“El amor por los demás obliga a mantener la recomendada sana distancia y, por tanto, se da un nuevo valor al beso, al abrazo, a la comunión, a la interdependencia, incluso a respirar y al buen funcionamiento de los pulmones”, dijo.
“Los cambios crecieron la ‘sed de Dios’ en la comunidad, toda vez que esta busca curar además de las enfermedades del cuerpo las del alma. Es un momento oportuno para recuperar los valores y el auténtico sentido de la vida”.
“Celebrar el domingo de ramos, la muerte y resurrección de Jesucristo, adquiere un significado especial: resulta indispensable analizar la relación que el ser humano tiene consigo mismo, la que genera con los demás, con la naturaleza y con Dios”, finalizó.