Las posadas son una de las tradiciones más bonitas en México, cada año en la temporada navideña las familias se reúnen para recrear el peregrinaje de José y María previo al nacimiento de Jesús, y en El Pueblito, municipio de Corregidora, esta tradición sigue más viva que nunca.
Las posadas se remontan al siglo XVI, a decir de Jaime Gutiérrez Jiménez, párroco de la parroquia de San Francisco Galileo de El Pueblito, esta tradición fue iniciada por un fraile de nombre Darío Soria, quien comenzó con la realización de nueve misas denominadas de aguinaldo, que hacían alusión a los nueve meses de embarazo donde María gestó en su vientre a Jesús, y por ello es que se tienen nueve días de posadas, que inician el 16 de diciembre y culminan el 24 de diciembre.
En cada posada, los peregrinos cantan villancicos y piden albergue en alguna o algunas casas que sean las anfitrionas, para al final culminar en una convivencia.
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El entrevistado informó que esta tradición no se está perdiendo, ya que en muchos puntos del país se continúa con ella y, por supuesto, el estado de Querétaro no es la excepción.
“Son fiestas donde puede descubrir niños pequeñitos hasta ancianos todos conviviendo con un fin que es celebrar el nacimiento del niño Dios”, afirmó.
Mencionó que, si bien las posadas son organizadas en la mayoría de las ocasiones por familias que viven en determinada colonia o calle, al menos en El Pueblito es la iglesia que desde noviembre comienza a prepararlas, en coordinación con grupos, asociaciones, movimientos y corporaciones relacionados a la parroquia.
La magia de las posadas
En El Pueblito todo inicia con la misa de las 7:00 de la noche, donde las personas acuden a escuchar la celebración de la eucaristía a la iglesia ubicada en el quiosco de la comunidad, posteriormente, los vecinos salen detrás de los peregrinos cantando villancicos y haciendo oración.
El frío, la hora y el largo trayecto que se camina no son factores que afecten el ánimo de la gente, por el contrario, en cada posada se puede ver de 300 a 400 personas que caminan y cantan a un igual y con una misma intención: ser parte de estas tradiciones y honrar el nacimiento de Dios.
“A veces parece que el tejido social se va deconstruyendo; sin embargo, las posadas nos unen, nos invitan a permanecer en un ambiente fraterno, de respeto, de tolerancia y de amistad que son valores muy importantes”.
Ofrecer su casa a Dios y a la gente
José Luis Orozco vive en la calle 5 de Mayo, en El Pueblito, y es el mayor número 5 de la corporación del Señor de la Misericordia, él y su familia fueron los anfitriones de una posada en este año.
Al preguntarle qué lo motivó a ser el anfitrión, afirmó que el amor a Dios y el querer agradecerle por las bondades dadas a su familia durante este 2024.
“Lo principal es la humildad y el saber compartir, siempre que seamos humildes vamos a tener bastante gente alrededor de nosotros y nunca hay que pasar por alto a nuestros semejantes ojalá nunca se acabe esta tradición”, expresó.
Por su parte, Alejandro Juárez Jiménez, primer mayor y encargado del Señor de la Misericordia en El Pueblito, fue otro de los responsables responsables de organizar la posada, declaró que poder contribuir a llevarlas a cabo es un privilegio para su familia.
Precisó que las oportunidades económicas y laborales que le ha dado a sus seres queridos, así como que el que Dios le permitiera a su esposa, María Guadalupe Domínguez Espinosa, recuperar la vista en un ojo, son los principales motivos que lo llevan a participar en actividades religiosas y por consecuencia en la organización de las posadas.
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Aproximadamente, ¿cuánto cuesta organizar una posada?
José Luis Orozco Guerrero explicó que para la posada que planificaron fueron más de 13 familias las que se organizaron para solventar los gastos. Cada familia donó de 20 a 50 bolsas de colación, además cada familia presentó comida y bebidas para un promedio de 30 personas.
Desde ensalada navideña, pasando por tacos de canasta, pozole, tamales, atole, frijoles, refrescos, varias ollas de ponche, piñatas y hasta música en vivo fue lo que ofrecieron.
Calculó que al menos en los dulces se estima un gasto promedio de mil pesos por familia; en los alimentos, los desembolsos económicos oscilaron de los mil hasta los dos mil 500 pesos, por lo que estimó que cada familia gastó más de tres mil 500 pesos.
“Es una inversión fuerte, pero se da de corazón y con mucha humildad”, apuntó Orozco.
Al final las posadas son una tradición que continúa en la mente y el corazón de las personas, demostrando que con fe, amor, humildad y organización se pueden tener grandes resultados.