Luego de los hechos ocurridos en el bar Los Cantaritos la noche del 9 de noviembre, que dejó 10 víctimas fatales, se ha movilizado tanto a la sociedad civil como diversos colectivos, quienes han convocado a diferentes manifestaciones y protestas en la ciudad.
Las consecuencias se hacen sentir con una serie de acciones que incluyen el cierre de bares y una movilización en honor a Fátima Ramos, víctima del ataque y activista de Saca la Bici.
El colectivo Saca la Bici, al que Fátima de apenas 25 años, pertenecía, llevó a cabo una rodada en su memoria para rendir homenaje a la joven activista y visibilizar la lucha por la paz y la seguridad.
El evento inició en el Cerro de las Campanas y los activistas recorrieron 8 km, con descanso en el Parque de Jardines de Querétaro. La rodada fue convocada en un ambiente de solidaridad y protesta, y terminó en el altar colocado a los fallecidos.
Además, el Frente Queretano por el Derecho a la No Discriminación y el Estado Laico, convocó una marcha pacífica para exigir seguridad para todas las personas, particularmente en espacios públicos. Se realizará el sábado 16 de noviembre a las 16:00 horas, desde la Alameda Hidalgo, en la esquina de Avenida Zaragoza y Corregidora.
Walter López, integrante del grupo, expresó que este movimiento surge como una reacción de la sociedad civil ante la escalada de violencia que ha afectado a la entidad, destacando que no pueden quedarse en silencio tras lo ocurrido, en una manifestación apoyada por la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ).
“Estamos muy dolidos, especialmente en el ámbito académico y ciudadano. Nos duele la pérdida de la hija de un compañero activista, y creemos que es momento de unir fuerzas desde la sociedad civil, la academia, el gobierno y la iniciativa privada para exigir justicia”, señaló.
Además, la respuesta a la tragedia ha sido visible en los cierres voluntarios de bares y antros. En total se han registrado 15 establecimientos cerrados, algunos de manera voluntaria y otros debido a las medidas tomadas por el alcalde de Querétaro, Felipe Fernando Macías Olvera, quien había solicitado que se suspendieran temporalmente las actividades en antros “foráneos” para inspección.
Desde la noche del 9 de noviembre, cuando ocurrieron los hechos en Los Cantaritos, varios bares de la zona centro y otras partes de la ciudad optaron por cerrar como señal de protesta ante lo sucedido.
Entre los lugares que cerraron de manera voluntaria se encuentran Fauno, Coyote House, y Noble, entre otros. La decisión fue tomada por los empresarios en solidaridad con las víctimas y como un llamado a las autoridades para que tomen acciones más contundentes contra la inseguridad.
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Por otro lado el ambiente en Querétaro continúa siendo tenso, especialmente en las áreas cercanas al Centro Histórico.
A pesar de los cierres de bares algunos comercios como el Oxxo y la gasolinera cercanos al lugar de la tragedia permanecieron abiertos. Sin embargo, la mayoría de los negocios en la zona, bares y restaurantes, decidieron suspender actividades al menos durante el día.
El altar improvisado para las víctimas de la masacre, colocado cerca del bar, es custodiado por elementos de la policía municipal, mientras que la presencia de efectivos en las calles se ha incrementado. Aunque el tránsito en Circunvalación ya parece normal, la tensión se siente desde las Avenidas Universidad, Los Arcos y en el propio Barrio de La Cruz.
En redes sociales, señalaron trabajadores de la zona, se sabía que “vendría alguien de Celaya” desde un día antes del atentado. Algunos decidieron no ir a trabajar por eso. Sorprende a las personas que dos de los presuntos criminales asesinados presumían abiertamente su vida en redes sociales, incluso antes de acudir al mencionado bar.
En redes sociales, la respuesta a la masacre ha sido inmediata, con diversos mensajes de solidaridad y llamados a la protesta. Numerosos usuarios han expresado su apoyo a las víctimas y exigido justicia, mientras que otros han destacado la importancia de continuar luchando por una ciudad libre de violencia, en un momento donde la ola de violencia parece no se detendrá en la región.
Tan solo antier se registró un homicidio en una vulcanizadora cerca del campus norte de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ); balazos a metros de 3 campus universitarios y dos plazas comerciales.
Ayer, 12 de noviembre, se encontró un cadáver en avanzado estado de descomposición en las inmediaciones del Bulevar de la Nación, una zona donde apenas en abril se halló un entierro clandestino por Colectivos de Búsqueda.
Las autoridades, por su parte, han reforzado los operativos de seguridad en las calles y avenidas más concurridas, con presencia de policías municipales y estatales. Aunque la ciudad de Querétaro intenta retomar la normalidad, en las conversaciones de las tiendas de conveniencia, de las escuelas, centros comerciales, de los restaurantes del centro es la misma: la masacre que impactó a toda una ciudad entera.
En cuanto al tránsito en la ciudad, a pesar de los hechos recientes, la situación volvió a la normalidad desde la mañana del 12 de noviembre.
El flujo vehicular en el Centro Histórico y en las principales avenidas de la ciudad no mostró alteraciones significativas, aunque la presencia policiaca fue más notoria. Policías con armas largas resguardan todos los parques públicos del Centro Histórico y los rondines de motos, cuatrimotos, bicicletas y grupos de patrullas son constantes.