Dado los recientes hechos del caso de Emilio Lozoya, no importó tanto el desayuno del juez como la cena del inculpado: un pato laqueado, que le costó agotarse su crédito como testigo colaborador y cenar desde la semana pasada en prisión

No enfrenta a los criminales más crueles del país pero si a un grupo de científicos que no estuvieron de acuerdo con el pésimo manejo que le ha dado al Conacyt su directora María Elena Alvárez Buylla