Ya había notado a mi mujer extraña. No es que nuestro matrimonio fuera fuego y pasión, pero por lo menos una vez a la semana teníamos una noche para nosotros

La Estela de luz no brilla, no enorgullece, no conecta, pasa desapercibida, pero hoy, por el derroche millonario y por las transas que la construyen, pasa a la historia como el monumento a lo miserable, maltrecho, lamentable, ruin y hasta perverso

Existe en mi familia paterna la leyenda que tenemos un problema en el oído izquierdo, una sordera a edad temprana y esa es la razón por la que hablamos gritando

¿Por qué las mujeres no hacemos eso? ¿Qué acaso nosotras no sentimos deseo? ¿Qué a nosotras no nos puede ganar la curiosidad? ¿Por qué nosotras no les agarramos las nalgas a los hombres cuando los vemos pasar?

Una mujer no es sinónimo de fragilidad, una mujer es entre muchas cosas, piel. No supongamos, hay que preguntar siempre que tengamos duda si ella o él necesita algo en específico