Para el cofundador de la consultora Beacon Economics, las conversaciones no resultarán en una verdadera transformación del TLCAN debido a que ese no el objetivo del presidente estadounidense Donald Trump.

Fuentes del sector aseguraron que en lo laboral, Estados Unidos fijó una posición para definir esquemas salariales en la industria manufacturera, mientras que Canadá y México solicitaron formalizar algunos mecanismos internacionales como los que tienen en la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

“Para que un acuerdo sea exitoso tiene que funcionar para todas las partes involucradas. De otra forma no es un acuerdo”, expuso ante sus contrapartes, el representante comercial de EU, Robert Lighthizer, y la canciller canadiense, Chrystia Freeland.

La idea de EU es clara: una de las promesas electorales de Trump, el cambiar radicalmente el TLC o salir del acuerdo, debe cumplirse de la misma forma agresiva en que el actual presidente predicó en la campaña electoral.

La coordinadora del PRD en el Senado, Dolores Padierna, dijo que hay un “maltrato al país en un análisis superficial del déficit, que es lo que más preocupa a Estados Unidos, pero aunque desapareciera ese déficit el problema de ese país es estructural, por lo que no debemos admitir ese análisis superficial”.

Según el secretario de Desarrollo Económico local, José Palacios, en breve se anunciará la llegada de dos proveedoras del sector automotriz, así como la posibilidad instalar nuevas empresas en el territorio.

Los tres principales grupos agropecuarios privados de México, Canadá y Estados Unidos aunaron fuerzas para solicitar a los negociadores del TLCAN que “no hagan daño” a un sector que ha conseguido “grandes ganancias” gracias al acuerdo.