¿Cuántas veces nos hemos metido a 'googlear' todas las dudas que nos pasan por la cabeza?
Muchas veces, ya sea por ociosidad o por morbo, recurrimos a Google y comenzamos a teclear lo que en ese momento nos preocupa, pero casi nunca pensamos en las consecuencias que esto podría traer a nuestras vidas.
Aquí te van tres cosas que NUNCA debes preguntarle a Google, es por tu bien:
MÉDICO
Acudir a San Google para preguntarle la razón de ese dolor de espalda que no te deja dormir es como ponerte la soga al cuello: encontrarás mil y un razones que te podrían dar una explicación de esa molestia física y lo único que conseguirás es atormentarte en exceso porque, tristemente, las malas noticias son las que más llaman nuestra atención. Lo peor es que podrías caer en el riesgo de automedicarte o convertirte en hipocondríaco ¡cuidado!
¿Por algo la carrera de medicina es de las más largas para obtener los mejores créditos, no crees? Ve al médico.
Historial delictivo
¿Sabías que todo lo que buscas en Google se queda registrado en tu historial? Y no, no importa que manejes un perfil anónimo o que lo borres... todo se queda plasmado en la red. Así que cuida mucho lo que deseas descubrir porque si por curiosidad quieres saber cómo se fabrican las bombas caseras, investigar sobre algún tóxico ilegal o buscar imágenes de filias sexuales para mandarlas a tus amigos, podrías meterte en serios problemas con la ley ahora o en un futuro.
PERSONALIDAD
En el ciberespacio hay gente que capta todo lo que los internautas buscan, de esa manera es como te llegan promociones o productos que tú juras 'llegaron como anillo al dedo'... La verdad es que tus inseguridades o miedos forman parte de las oportunidades que los publicistas buscan incansables.
Así que antes de escribir ¿cómo descubro si mi esposo es fiel? ¿cuánto debe medir el órgano sexual masculino? o ¿cómo saber si sufro paranoia? Cuidado. Eso habla mucho de ti y de lo que vives o te perturba.