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París. El cuarto sábado de protestas en Francia dejó un saldo preliminar de al menos 950 detenidos, de las cuales 721 se encuentran en detención preventiva, indicó una fuente policial.
Aunque con menos participantes que en anteriores protestas, miles de “chalecos amarillos” hicieron oír nuevamente su voz en contra del gobierno de Emmanuel Macron.
París, una ciudad llena de vida, lució hoy desierta, con los negocios y museos cerrados ante el temor de que se desatara la violencia. El gobierno desplegó a unos 89 mil efectivos en todo el país, 8 mil de ellos en la capital.
“Esto es una revolución contra el capitalismo. La gente está muy enojada. La gente pobre trabaja por los ricos. No podemos vivir aquí correctamente”, dijo uno de los participantes a EL UNIVERSAL en Campos Elíseos, corazón de la ciudad.
El primer ministro Edouard Philippe dijo que sólo en París, la cifra de arrestos ascendía a 651, de los cuales algunos llevaban martillos o piedras. Frente a algunos actos delictivos, chalecos amarillos optaron por resguardar comercios. En varios puntos de la ciudad se registraron choques con la policía.
“¡Renuncia, Macron!”, era uno de los gritos más comunes que se escuchaba en las protestas, que iniciaron el pasado 17 de noviembre en rechazo al aumento al impuesto a los combustibles.
Pese a que Macron cedió y suspendió el aumento, el movimiento encabezado por los "chalecos amarillos" un grupo sin dirigentes visibles, derivó en un rechazo generalizado a sus políticas y poco a poco se han ido sumando otros sectores, entre ellos los estudiantes.
De acuerdo con un funcionario del gobierno francés, unas 31 mil personas participaban en las manifestaciones de este sábado, de las cuales 8 mil estaban en París. Hace una semana, la cifra en toda la nación fue de unas 136 mil personas.
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