El pez Rape era un enigma para los científicos hasta hace poco más de un año, cuando la revista Science publicó un video tomado en 2016 por la pareja de cineastas de la vida marina Kirsten y Joachim Jakobsen, quienes se encontraban a 800 metros de profundidad en un sumergible cerca de las costas de la isla de Sao Jorge, en Portugal.
Los Jakobsen son parte de la organización sin fines de lucro Rebikoff-Niggeler Foundation, que se dedica a la exploración y documentación de la vida marina.
La pareja envió el material que obtuvieron a Ted Pietsch, investigador de peces de aguas profundas de la Universidad de Washington. El investigador confirmó que se trataba del pez Rape.
"He estado estudiando a estos animales durante la mayor parte de mi vida y nunca he visto nada igual", comento Pietsch a la revista Science.
Hasta ese momento, todo lo que se sabia de este animal se había aprendido de cadáveres encontrados en redes de pesca, por eso la reacción del investigador no fue menor, ya que fue el primer video de una pareja de Rapes en reproducción.
En el video se puede apreciar a la hembra de la especie Lophius piscatorius, que mide menos que la palma de una mano, pero con su imponente estructura de bigotes y apéndice bioluminiscentes, los cuales cumplen con una doble función; atraer a la posible presa y como un “sensor”, que la ayuda a detectar su comida en el oscuro abismo.
La grabación permite apreciar a este pez acompañado por un macho, que está incrustado en la parte baja de su cuerpo, que sirve como proveedor de esperma. Durante el acto sexual no puede moverse, por lo tanto es la hembra la que se encarga de cazar el alimento que mantendrá vivos a ambos. El macho recibe los nutrientes directamente de la hembra, en una extraña relación sexual parasitaria.