El astronauta alemán, Alexander Gerst, viaja por segunda vez a la Estación Espacial Internacional (EEI) en la misión que despegó hoy desde Baikonur, en Kazajstán, acompañado del ruso Sergey Prokopjew y la estadunidense Serena Auñón-Chancello.
En dos días llegarán a la estación espacial volando a una velocidad de 28 mil kilómetros por hora en una misión que resaliará unos 300 experimentos, entre ellos 41 tests delCentro Aeroespacial Alemán (DLR).
Además un robot que reacciona a órdenes, debe servir para poner a prueba la inteligencia artificial. Gerst es el copiloto de la misión, y a partir de agosto tomará el comando del equipo.
Unos cinco mil seguidores de Gerst en su ciudad natal; Künzelsau, en Baden-Württemberg siguieron el despegue y antes de partir, el alemán escribió un mensaje en Twitter: “¡Cuidense mucho, amigos!”.
#SoyuzMS09 steht bereit auf der Startrampe. In ein paar Stunden werden Sergey, @AstroSerena und ich damit in den Weltraum fliegen. Поехали! Fantastisches Foto, gerade von der #ISS aus aufgenommen von @OlegMKS pic.twitter.com/URHWJUvG61
— Alexander Gerst (@Astro_Alex) 6 de junio de 2018
Durante los seis meses que el astronauta alemán pasará en el espacio, mandará fotos y mensajes para compartir con sus seguidores, familiares y amigos su aventura astronómica.
A través de la red social Twitter, Gerst compartió una de las últimas cosas que realizó como darse un baño. Su última comida en la Tierra fue una especie de papilla (“kasha” o “porridge”).
Gerst, de 42 años, es un ciudadano honorífico de su ciudad. El ayuntamiento colocó una pantalla gigante delante del consistorio para seguir al minuto las últimas entrevistas con Gerst, su desplazamiento en autobús del hotel hasta la nave Soyuz (“el ambiente es buenísimo”, twitteaba el alemán en el autobús).
Finalmente tuvo lugar el despegue desde la base espacial de Baikonur a las 13:12, hora de Alemania. Al margen de la conexión con Kazajstán, durante la transmisión los espectadores y seguidores también conocieron detalles de la misión con entrevistas a expertos del centro de control de Oberpfaffenhofen, cerca de Munich.
Gerst ya estuvo seis meses en la EEI en 2014, en esa ocasión como ingeniero de a bordo. En este sentido, el astronauta alemán comentó la víspera en la última rueda de prensa antes de despegar que es más fácil volar por segunda vez “porque no se tiene miedo a lo desconocido”.
mdgm