Si te han dicho que cuando bebes un par de tragos sientes que puedes hablar en otras lenguas, es posible que no sea del todo una broma.

De acuerdo con un estudio dado a conocer en octubre, la habilidad de las personas para hablar un segundo idioma mejora después de beber una dosis baja de alcohol.

El estudio fue el resultado de una colaboración entre las universidades de Maastricht (Países Bajos), Liverpool y King’s College London, que apareció en la publicación Journal of Psychopharmacology.

¿En qué consistió?
El reporte tuvo como objetivo confrontar dos suposiciones. Por un lado, el hecho de que el consumo de alcohol no solo afecta las funciones cognitivas y motoras, sino también ejecutivas del cerebro (como recordar o inhibir conductas inapropiadas). Por otra parte, beber estimula la confianza, lo que eliminaría ciertas limitaciones al interactuar en un segundo idioma.

En el experimento participaron 50 alemanes que recientemente habían estudiado holandés en Maastricht. A una parte de ellos se les dio una dosis baja de alcohol (que se determinó de acuerdo con su peso) y el resto recibió una bebida sin alcohol. Después se les pidió que conversaran en holandés con otra persona.

Cada plática grabada fue analizada por dos hablantes nativos de holandés, sin saber qué participantes habían consumido alcohol. Al final, resultó que quienes habían bebido obtuvieron una evaluación considerablemente más alta, especialmente en la pronunciación.

No obstante, falta hacer más estudios para conocer las causas de los resultados, asegura la doctora Jessica Werthman, una de las investigadoras involucradas.

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