Un grupo de investigadores de la Universidad de Oporto descubrió que el envejecimiento de las células de la piel tiene una estrecha relación con la expresión del gen FoxM1.
El equipo del Instituto para la Investigación y la Innovación en la Salud de dicha universidad usó en el desarrollo del proyecto células dérmicas en cultivo, gestionadas con el aumento de la expresión de este gen, con características inversas del envejecimiento celular.
El estudio se llevó a cabo con fibroblastos, un grupo de cultivos primarios de un tipo de células específicas de la piel, dijo la líder de la investigación, Elsa Logarinho.
“Usamos células vivas de fibroblastos primarios dérmicos de humanos jóvenes, de mediana y avanzada edad, así como células de pacientes conprogeria, un síndrome raro de envejecimiento acelerado en niños”, expuso la coordinadora del estudio.
Luego de analizar y comparar los genes con expresión alterada de células de piel, el grupo concluyó que el gen FoxM1, el cual controla la entrada de la célula en división, parece ser clave en el proceso de envejecimiento, explicó la Universidad de Oporto en un comunicado.
A lo largo de la vida las células, en especial las de la piel, pierden la capacidad de renovarse por errores genéticos y cromosómicos acumulados por divisiones sucesivas, detalló Logarinho.
Estos errores y la incapacidad de corregirlos hacen que la célula, a través de mecanismos de autocontrol, entre en una fase estacionaria y deje de renovar. El envejecimiento, evidente en la piel, es la consecuencia visible de esta falta de transformación.
Los científicos probaron que, aumentar la expresión de FoxM1 en un cultivo de células envejecidas, las células que aún mantienen alguna capacidad de dividirse, pueden recobrar las características de las células jóvenes; esto corrige errores y divide con mayor frecuencia.
“Este rejuvenecimiento ocurre sólo en células todavía funcionales, no en aquellas que tienen exceso de errores acumulados”, precisó Logarinho.
Ante estos resultados, los científicos piensan que el FoxM1 debe ser considerado para estrategias potenciales contra los síndromes del envejecimiento.