Las autoridades en algunos lugares de Estados Unidos están cerrando clubes, bares y otros establecimientos donde se consume alcohol para frenar una oleada de contagios de Covid-19, una decisión respaldada por ciencia contrastada sobre factores de riesgo que van más allá de no llevar mascarilla.
Como indica un estudio, la clave es el peligro de la “respiración intensa en distancias cortas”.
Los espacios cerrados abarrotados llenos de gente que grita, se inclina para acercarse y oírse mejor y que toca las mismas superficies pringosas son “el opuesto al distanciamiento social”, dijo el doctor David Hamer, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston.
“¿Puedes hacer distanciamiento social en un bar? ¿Puedes llevar una mascarilla mientras bebes?”, preguntó Hamer. “Los bares son el lugar perfecto para romper todas esas normas”.
La rápida expansión de un foco de infección en un bar puede abrumar a los trabajadores sanitarios. En East Lansing, Michigan, un brote asociado a una gran cervecería cerca de la Universidad Estatal de Michigan ha infectado a casi 140 personas en 12 condados, haciendo que las autoridades reclutarán a estudiantes de enfermería y jubilados para ayudar con el rastreo de contactos.
“En 12 días, pasamos de dos casos identificados a 128 y, sinceramente, todavía no tengo los números de hoy”, dijo el miércoles la responsable de salud del condado Ingham, Linda Vail, antes de que las cifras volvierán a aumentar. Describió la situación sanitaria como “conmocionada y abrumada”.
La gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, respondió cerrando la zona de asientos en interior de los bares en parte del estado. Las tabernas no tendrán que cerrar por completo, ya que pueden vender cócteles para llevar y mantener abiertos sus espacios al aire libre.
En California, el gobernador Gavin Newsom emprendió acciones similares, ordenando que bares y zonas de interior de restaurantes cerrarán de nuevo las próximas tres semanas en el estado. El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, demoró la reapertura de las zonas de mesas en interior en restaurantes.
Hay otros dos factores en juego que convierten los bares en posibles fuentes de contagio. El alcohol desinhibe, de modo que la gente olvida tomar precauciones, explicó Natalie Dean, experta en enfermedades infecciosas de la Universidad de Florida.
Además, esa persona atractiva y sana que te invita a una copa podría ser un portador asintomático, expulsando virus contagiosos con cada respiración.
“Los jóvenes enferman con menos gravedad, de modo que pueden estar infectados y contagiar a otros sin saberlo”, dijo Dean, señalando brotes en Japón y Corea del Sur asociados con restaurantes, bares y fiestas de karaoke.
En las últimas semanas, varias localidades universitarias en Estados Unidos han tenido focos de infección que se han asociado a bares tras un rastreo de los casos. Bares y restaurantes cerca de la Universidad de Iowa y la Universidad Estatal de Iowa cerraron apenas unas semanas después de que la gobernadora les permitiera abrir.
Para la semana pasada, 90% de los casos en el condado donde se encuentra laUniversidad Estatal de Kansas eran pacientes de entre 18 y 24 años. Las autoridades sanitarias dijeron que la mayoría había pasado tiempo en un distrito de bares y restaurantes conocido como “Aggieville”.
Señalando a un brote similar, el condado de Kansas que incluye la ciudad de Lawrence y la Universidad de Kansas ordenó también el cierre de bares y clubes nocturnos a partir del viernes y durante dos semanas.
“La aglomeración en un bar, en interior, son malas noticias”, dijo el martes el doctor Anthony Fauci ante un comité del Senado. “De verdad tenemos que detener eso”.
Texas, Arizona, Los Ángeles y algunos condados de Pennsylvania cerraron bares para frenar los contagios. Florida y Colorado han dicho a los bares que no pueden servir alcohol para consumir en sus establecimientos.
La mayoría de los propietarios y empleados creen que se les ha señalado injustamente, especialmente porque los restaurantes siguen abiertos y sirven alcohol. En Texas, los propietarios de bares dijeron que el viernes, después de que ellos se vieran obligados a cerrar, los restaurantes seguían abarrotados.
“Puedes ir a una restaurante y tienen barra, y puedes beber todo lo que quieras”, dijo Nikki Forsberg, propietaria del Old Ironhorse Saloon en Blanco, Texas. “No parece justo. Los restaurantes tienen carta blanca y los bares no”.
La gerente del bar, Tami Cooley, dijo que aunque no llevaba mascarilla en el trabajo ella creía que el local tomaba todas las precauciones para seguir abierto de forma segura. No se permitía beber ni pedir en la barra y las mesas estaban limitadas a seis personas. Cerraron unos pocos días tras saber que uno de los camareros había estado en contacto con alguien que dio positivo en el virus.
“Teníamos cuidado en nuestro bar. Hacíamos distanciamiento social, desinfectábamos las mesas, sillas, baños, pomos de puertas”, dijo. “Lo hacíamos todo bien”.
En la investigación sobre el brote asociado a la cervecería en Michigan, hay una “enorme preocupación” por los padres y abuelos expuestos al virus por sus hijos y nietos, dijo Vail.
Saskia Popescu, experta en enfermedades infecciosas en Phoenix, dijo que resulta difícil desinfectar los suficiente las superficies de un bar como para que suponga una diferencia. Incluso sentarse en una mesa con amigos en un bar implica que la gente habla alto y ríe, lo que podría propagar el virus. No merece la pena, señaló.
“Puedes hacer un cóctel en casa”, dijo Popescu.