¿Quieres agregar una orden de papas a la francesa? Un nuevo estudio te da una nueva razón para decir “no” tras haber hallado que comer dos o tres porciones de papas a la francesa a la semana podría elevar hasta el doble el riesgo de muerte prematura. El coautor del estudio, Luigi Fontana, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Brescia y de CEINGE Biotecnologie Avanzate – ambas en Italia –y sus colegas llegaron a estas conclusiones tras analizar los datos de más de 4,400 adultos en los Estados Unidos.
En los EU, las papas forman parte de la canasta básica de alimentos, especialmente en formas procesadas. Según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), las papas procesadas—incluyendo papas a la francesa y papas fritas—representaron el 64 por ciento del total de consumo de papas en los EU durante la década del 2000, en comparación con sólo 35 por ciento durante la década de los 60. Aunque pueden formar parte de una dieta saludable, algunos estudios han sugerido que comer demasiadas papas puede suponer riesgos a la salud. Un estudio publicado en el Medical News Today, por ejemplo, halló que comer cuatro o más porciones de papas a la semana puede elevar el riesgo de padecer presión arterial alta. Para esta última investigación, Fontana y sus colegas se establecieron investigar los efectos que tiene el consumo de papas en la mortalidad, un tema que ellos creen ha sido poco estudiado. Estos hallazgos fueron publicados recientemente en The American Journal of Clinical Nutrition.
El estudio incluyó los datos de 4,440 adultos que formaron parte del estudio cohorte Osteoarthritis Initiative (OAI). La edad de los participantes fue de entre 45 y 79 años al inicio del estudio, y se les dio seguimiento por un promedio de 8 años. Como parte del estudio OAI, se solicitó a los individuos completar un cuestionario de frecuencia alimenticia. Fontana y sus colegas usaron estos datos para determinar el consumo promedio y semanal de papas de los participantes, así como su ingesta semanal de papas fritas y no fritas. Durante el periodo de seguimiento de 8 años, murió un total de 236 participantes.
Los investigadores hallaron que, en general, el consumo de papa no se asoció con el riesgo de mortalidad. Sin embargo, cuando se realizó un análisis entre los subgrupos, los investigadores obtuvieron resultados interesantes. En comparación con los adultos que no consumieron papas procesadas—tales como papas a la francesa, fritas o hash—se halló que los participantes que comieron entre dos y tres porciones de papas procesadas a la semana corrían el doble de riesgo de tener una muerte prematura, y comer más de tres porciones aumentaba aún más el riesgo. Sin embargo, los investigadores no hallaron vínculo alguno entre el consumo de papas no procesadas y el riesgo de muerte prematura.
Debido a que el estudio es meramente observacional, no se puede llegar a conclusiones firmes sobre cómo el consumo de papas procesadas influye en el riesgo de muerte prematura. Sin embargo, los investigadores creen que sus hallazgos dejarán pensando a los consumidores. El equipo concluyó: “Al parecer, el consumo frecuente de papas procesadas está asociado a un mayor riesgo de mortalidad. Se deben llevar a cabo estudios adicionales y más extensos para confirmar si el consumo general de papas está asociado a un mayor riesgo de mortalidad“.