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El cuerpo de Diana Quer ha sido rescatado y España avanza en la resolución de uno de los casos criminales que más ha conmovido al país en los últimos años.
El lunes agentes de la Guardia Civil extrajeron de un pozo el cadáver de la joven, desaparecida hace 16 meses, a los 18 años. Su ausencia desató primero una ola de solidaridad popular y, después, una verdadera obsesión mediática, con ataques a la intimidad de su familia y acusaciones cruzadas entre sus padres.
El cuerpo fue hallado después de la confesión de José Enrique Abuín Gey, alias El Chicle, su presunto asesino. Este pequeño traficante de drogas que operaba en la zona donde desapareció la chica, en Galicia, era el principal sospechoso del crimen desde un principio. La Guardia Civil lo seguía de cerca, pero no lo detuvo porque carecía de pruebas suficientes.
El 25 de diciembre, El Chicle intentó raptar a otra joven subiéndola a su coche y quitándole el teléfono móvil, como se sospecha que hizo con Diana Quer. La chica escapó y lo denunció. Tras ser detenido, planteó una coartada que terminó entrando en contradicción con la versión de su esposa.
Después de la detención, se están revisando otros casos de abusos sexuales en los que pudo participar el sospechoso, quien fue acusado en 2005 de violar a la hermana de su mujer, que pudo haberlo encubierto, según la investigación.
El Chicle confesó que estranguló a Quer porque ésta se resistió cuando intentó violarla. Luego lanzó el cuerpo a un pozo con agua en una zona industrial de la zona. Ayer fue recuperada desnuda, con ladrillos atados a sus hombros y cintura para evitar que volviera a la superficie. Los investigadores tratan de saber si, además del homicidio, hubo abusos sexuales, lo que aumentaría la hipotética condena.
Diana Quer desapareció el 22 de agosto de 2016 cuando regresaba de una fiesta caminando por una zona solitaria y mal iluminada. Era originaria de Madrid, pero estaba de vacaciones en A Pobra do Caramiñal, una aldea de Galicia, con su madre y su hermana. Por mensajes que había recibido una amiga de la joven, se sabía que un hombre la estaba persiguiendo a altas horas de la madrugada en el trayecto a casa.
Los medios de comunicación sensacionalistas se lanzaron sobre el caso. Quer era una mujer guapa con gran cantidad de fotografías en redes sociales; su padre, un empresario de éxito; y su traumático divorcio con la madre de Diana, una excusa perfecta para toda clase de especulaciones. Durante meses las televisiones españolas informaron sobre las peleas de la joven con su hermana y su madre, sus supuestos trastornos alimenticios o las presuntas malas compañías que frecuentaba, sugiriendo que la desaparición era en parte el resultado de una biografía problemática.
El caso alcanzó su culmen mediático cuando el iPhone de la joven fue encontrado en una ría por un pescador y Apple se negó a desbloquearlo, suscitando un gran debate sobre la colaboración de las empresas tecnológicas con la policía. Finalmente, logró desencriptarlo en Alemania la misma compañía que lo hizo con el iPhone del autor de la matanza de San Bernardino (Estados Unidos) de diciembre de 2015. El móvil ayudó a trazar el recorrido que siguió la joven tras su desaparición.
Juan Carlos Quer, padre de Diana, emitió ayer un comunicado: “En los próximos meses surgirán muchas noticias. Apelo, como he hecho en ocasiones anteriores, a la ética profesional con el objeto de que la dignidad e intimidad de mi hija, y de toda la familia, sea respetada, y evitar que el dolor que sufrimos sea aún mayor”.
La madre de El Chicle concedió también una entrevista a un programa de televisión en la que pidió perdón a la familia Quer y renegó de su hijo. “Mi hijo es un monstruo, un asesino. Yo no crié a un monstruo pero se convirtió en uno”, dijo. En cambio, el padre de Abuín Gey negó que éste haya perpetrado el crimen.