Rodeados por el agradable ambiente que brinda el viñedo de la Cava 57, los hermanos Eugenio y Ana Paula Parrodi, comparten cómo su familia ha emprendido la vitivinicultura en el valle de San Juan del Río, considerada una de las regiones más fértiles a nivel nacional.
Eugenio recuerda que todo comenzó en la región vitivinícola de Cote d’Or, Francia, donde inspirado por la vida y el trabajo campestre en torno a la uva, decidió importar la tradición y las técnicas a Querétaro, y fue así como en 2012 nació Cava 57, nombrado de esta manera por su ubicación estratégica sobre la carretera 57, una de las arterias más transitadas en el país.
“Queremos que la ruta del Arte, Queso y Vino crezca y se fortalezca con nosotros también, por aquí pasan 250 mil vehículos diarios, por ello creemos que podemos ayudarle mucho a los productores de la región”, puntualiza Eugenio como uno de sus planes a mediano plazo de convertirse en punto de encuentro para los enoturistas, ávidos de probar vinos y quesos ofrecidos por más de 50 productores cercanos.
Por su parte, Ana habla con orgullo de la medalla de oro, de la cual el vino rosado Malbec Dos secretos recibió dentro del México selection by Concours Mondial de Bruxelles, celebrado a mediados de este mes, en el estado.
“El año pasado ganamos medalla de oro con nuestro Indomable y el Brut Nature, esta vez decidimos probar suerte con el Dos secretos; un rosado seco con cepa malbec, que le ha gustado mucho a la gente. Ganar este reconocimiento nos compromete más que nunca a mantener nuestra calidad”, asegura.
Luego de la charla, Eugenio, el también director general de Cava 57, platica elocuentemente sobre el proyecto con los visitantes.
“Invitamos a que la gente corte la uva; somos de los pocos lugares en hacerlo, por eso generalmente elegimos estas fechas para la vendimia –finales de agosto–, que es cuando el fruto está más maduro”, explica seguido por 20 personas, para luego guiar a todos a lo largo de las más de 25 hectáreas de plantación, donde mostró cómo se deben cortar.
Durante el recorrido, algunos sacuden el polvo de las uvas y se las echan a la boca, mientras otros aprovechan para tomarse algunas fotografías grupales. Al final del trayecto, los turistas conocen la vinícola móvil, donde se muestra el proceso de transformación de la vid en vino, y se les invita a sumergir sus pies en las tinas con bayas recién recolectadas de la plantación.
“La idea es que una persona que prueba un vino en una tienda o un restaurante, sepa realmente lo que significa cortar una uva, arrancarla del racimo y probarla, esa es una experiencia que en pocos lugares puedes vivir y cambia mucho la mentalidad del consumidor. Ten por seguro que la próxima vez que tengan una botella de vino en frente, la van a valorar más”, dice Eugenio.
El director general de Cava 57 invita a los turistas a recorrer el viñedo y recolectar la uva
bbg