En el corazón del estado de Querétaro, a sólo 7 kilómetros de su capital, se encuentra un tesoro arqueológico más “desconocido” del centro del país: hablamos de la Pirámide de El Cerrito, también conocida como la Pirámide del Pueblito. Este antiguo centro ceremonial resguarda una rica herencia cultural que conecta a múltiples civilizaciones prehispánicas y a la época colonial.
Desde sus orígenes, este sitio fue un importante centro político, religioso y agrícola. Sus tierras fértiles y fácil acceso al agua permitieron a culturas como la teotihuacana, tolteca, chichimeca, otomí y tarasca prosperar en la región. Durante su auge, funcionó como un lugar de culto dedicado a una deidad femenina, probablemente relacionada con la fertilidad.
En su cima, el basamento piramidal alcanzó los 40 metros de altura, una magnitud comparable a la pirámide de la Luna en Teotihuacán. Sin embargo, tras el abandono de los toltecas en el siglo XIII, el sitio permaneció como un lugar de veneración para etnias locales hasta el siglo XVII, cuando los franciscanos colocaron una imagen de la Virgen María para erradicar las prácticas no cristianas.
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El Cerrito permaneció oculto cubierto por maleza y arbustos que le dieron el aspecto de un cerro natural. Fue hasta la década de los 40, en el Siglo XX, que se iniciaron trabajos de exploración en el lugar, revelando piezas significativas como una estela de Itzpapálotl, la “mariposa de obsidiana”, un ícono clave de la cultura tolteca.
Cabe señalar que en 188 se erigió en la cima un fuerte de estilo neogótico, conocido como El Fortín, que sirvió como adoratorio de la Virgen del Pueblito y residencia privada. Actualmente, este edificio sobresale como un elemento distintivo de la pirámide.
Desde 2019, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ha intensificado los esfuerzos para la conservación de El Cerrito, destacando en el sitio alrededor de 170 hallazgos exhibidos en el Museo de Sitio.
La Pirámide del Pueblito está formada por 13 cuerpos escalonados con una inclinación o talud, además cuenta con una base de 83 metros por lado. Sus muros fueron construidos con piedra de basalto, arenisca roja y caliza, originalmente recubiertos con pigmentos rojos, ocres y azules. Además, dos plazas, la de la Danza y la de las Esculturas, servían para ceremonias colectivas en honor al dios patrono del lugar.
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La zona arqueológica abre de martes a viernes de 9:00 a 14:30 y fines de semana hasta las 16:30. Se encuentra en Hidalgo s/n, Col. El Pueblito, Corregidora, Querétaro.
Este destino es ideal para conocer más sobre las raíces prehispánicas y disfrutar de una experiencia única en uno de los centros ceremoniales mejor conservados de la región.