La Fiscalía de Estados Unidos dejó claro al jurado este miércoles que lo importante del caso de Joaquín "El Chapo" Guzmán no es demostrar si este era el máximo líder del cártel de Sinaloa, sino catalogarlo como un jefe, "organizador, supervisor u otra posición de esa organización" para poder condenarlo por narcotráfico.
"El acusado era un jefe de cinco o más personas, no hay que probar que era el máximo responsable" para condenarlo por narcotráfico, subrayó ante el jurado la fiscal Andrea Goldbarg, estadounidense de origen argentino, antes de insistir en que "era uno de los máximos líderes más allá de la duda razonable".
La defensa del acusado, que mañana realizará su exposición final, ha defendido a lo largo del juicio que el verdadero líder del cártel de Sinaloa era Ismael "el Mayo" Zambada, que permanece prófugo de la justicia.
La Fiscalía comenzó hoy su argumentación final en el caso de Joaquín "El Chapo" Guzmán Loera, contra quien mantiene diez acusaciones, la principal de ellas estar involucrado en una organización criminal y que podría enfrentarlo a cadena perpetua.
Asimismo, está imputado de tráfico ilegal de cocaína, de uso de armas de fuego y de conspiración para el lavado del dinero proveniente de la venta de estupefacientes.
La Fiscalía apeló también "al sentido común" de los miembros del jurado para determinar que una persona con túneles debajo de sus casas, con un "ejército" para defenderle y que viajaba en aviones privados y helicópteros, tenía que ser "jefe".
"Vendió droga en todo el mundo desde sus orígenes, a veces llevó a cabo negociaciones directamente, a veces alguien lo hizo en su nombre, pero siempre estuvo involucrado", dijo Goldbarg.
En su intervención, la fiscal insistió al jurado que "14 personas han testificado que el acusado era el jefe del cártel de Sinaloa y muchos dijeron que trabajan para él y que cometieron crímenes dentro del cártel, que estaban a las órdenes del acusado".
La Fiscalía volvió a reproducir algunas grabaciones del Chapo con sus asociados, así como mensajes de texto y cartas en los que supuestamente se escucha al imputado hablar sobre la venta de droga en Estados Unidos y cómo transportarla.
A través de la selección de varias de las evidencias, insistió en que estas pruebas corroboran con las palabras del propio Guzmán lo que los testigos relataron a lo largo del juicio.
Asimismo, Goldbarg argumentó que para defender su negocio de compra, venta y transporte de drogas, el Chapo contó una sofisticada red de telecomunicaciones y no dudó en torturar, usar la violencia o comprar a la policía "para defender el cártel a cualquier coste".
arq