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La serpiente africana boomslang, que vive en los árboles de África meridional, corta el aliento de quien la observa debido al peligro que entraña su cercanía, pero la pasarela elevada que ha sido apodada con el mismo nombre del reptil, debido a su forma curva y retorcida y a su entorno arbóreo, interrumpe la respiración por las vistas que ofrece.
El “Centenary Tree Canopy Walkway” es el nuevo puente curvo de acero y madera que zigzaguea subiendo y bajando por una frondosa plantación de árboles, destinada a estudios científicos, y cuyo recorrido transcurre por encima y a través de las copas, en ocasiones acariciadas por la neblina y las nubes bajas.
El “Boomslang” forma parte del Jardín Botánico Nacional de Kirstenbosch o KNBG de Ciudad del Cabo, la segunda urbe más poblada de Sudáfrica, en una región de bellos paisajes y dominada por la majestuosa Table Mountain (Montaña de la Mesa), llamada así por su cúspide llamativamente plana.
El jardín más hermoso de África
El Kirstenbosch tiene la reputación de ser “el jardín más hermoso del continente y uno de los mayores jardines botánicos del mundo”.
En el KNBG existen más de siete mil especies vegetales en cultivo, que representan una amplia variedad de la flora única, entre las que se incluyen numerosas plantas raras y amenazadas, tanto de la zona como de otras regiones y de los distintos biomas o entornos ecológicos del sur de África.
Este vergel forma parte de una reserva natural de 528 hectáreas de zonas montañosas que albergan bosques naturales y fynbos (un tipo de matorral conformado por más de ocho mil 500 especies), junto con una gran variedad de animales y aves.
Buena parte de este mar vegetal se aprecia desde el “Boomslang”, la pasarela escultórica de 130 metros de largo que parte del suelo del bosque, serpentea ligeramente entre los árboles de una manera discreta, casi invisible, y se extiende por encima del dosel arbóreo, ofreciendo espectaculares vistas de las montañas, del jardín y las planicies de Ciudad del Cabo.
La pasarela estrecha y esbelta, que vista transversalmente tiene forma de media luna, se adapta a la pendiente donde se sitúan los 400 árboles del jardín botánico, toca el suelo del bosque en dos lugares y eleva a los visitantes a 12 metros sobre la tierra (en su puntos más elevados), ondulándose y sumergiéndose como una serpiente entre la vegetación.
Un océano de verdor
El “Boomslang” tiene dos metros de ancho en la mayor parte de su recorrido. Esta especie de paseo marítimo sobre la fronda fue construido para celebrar el centenario de Kirstenbosch en 2013. El proyecto es del estudio de arquitectura Mark Thomas; la firma de ingeniería Henry Fagan & Partners comenzó la obra en noviembre de 2013 y la terminó en mayo 2014.
Un ‘pasamanos’ continuo de madera garantiza la seguridad del visitante que camina sobre un suelo de listones de pino manchado tratado, colocado de borde a borde, y que se acomoda a las curvas de la pasarela.
La plataforma y las cimentaciones de hormigón sobre delgadas columnas de acero que la sostienen fueron instaladas de modo que no alterasen la continuidad del bosque ni pusieran en riesgo las raíces de los árboles.