¿Cómo inicia tu aventura en el ámbito restaurantero?
Comencé trabajando hace 32 años como ingeniero en el restaurante Fridays en la ciudad de México y al terminar la obra obtuve algunas acciones del negocio. Posteriormente, participé en la apertura de otras sucursales en diferentes estados de la República. Después tomé más de 20 cursos en gastronomía y administración de restaurantes convirtiéndose en una gran pasión.
¿Cuándo decides abrir tu propio restaurante?
Hace 16 años inicié con una cafetería en el Club Náutico Juriquilla. Al cabo de un tiempo lo convertí en un restaurante argentino “Tinto y Bife”. Posteriormente con otros socios decidimos abrir el restaurante italiano “Trattoria Porto Nuovo” y más tarde “Las Trajineras”, dedicado a platillos mexicanos.
¿Qué te motiva?
El servir, finalmente a través de mi carrera y estando en el negocio restaurantero es muy importante la humildad y el dar un buen servicio a quienes nos visitan. También en mis otros cargos es muy importante el servir a la juventud, a la sociedad y a los agremiados. El servicio es algo que aprendí de mis padres y que intento transmitir a mis hijos.
¿Qué actividades disfrutas hacer?
Me gusta mucho hacer ejercicio ya sea ir al gimnasio, salir a correr o andar en bici. Mi deporte favorito es el buceo, soy un apasionado del mar. Actualmente imparto algunas clases a queretanos en donde realizamos un viaje a la playa una vez al año.
¿Qué te gusta leer?
Libros de superación personal, novelas, historias de personajes y de monumentos, la literatura mexicana es una de mis favoritas. El libro más sagrado para mí es la biblia, intentó leerla frecuentemente.
“En el negocio restaurantero es muy importante la humildad y el dar un buen servicio a quienes nos visitan”: Eduardo de la Parra.