Tras entregar el poder, varios ex presidentes de los seis países de Centroamérica de los últimos 38 años ligaron su historial a escándalos de presunta corrupción política, a procesos judiciales y a la cárcel.

De 42 hombres y mujeres que ejercieron 45 administraciones presidenciales de 1990 a 2018 en Guatemala, El SalvadorHondurasNicaragua, Costa Rica y Panamá, 19 están o estuvieron cuestionados por presuntos actos ilícitos ligados a su ejercicio de la presidencia o a hechos posteriores.

Con el arresto ayer del ex presidente guatemalteco Álvaro Colom Caballeros en su país por negocios irregulares en el sistema de transporte urbano en su gestión, de 2008 a 2012, ya hay cuatro ex mandatarios centroamericanos presos por supuesta corrupción política.

Los otros tres son un salvadoreño, un guatemalteco y un panameño.

Antonio Saca González, presidente de El Salvador de 2004 a 2009, está detenido desde finales de octubre de 2016 en su país por un supuesto desvío de al menos 246 millones de dólares de fondos públicos a cuentas bancarias privadas, por lo que se le acusa de “blanqueo” de dinero, peculado y asociaciones ilícitas.

El ex presidente guatemalteco Otto Pérez Molina asumió en enero de 2012 como sucesor de Colom para un gobierno de cuatro años previsto para concluir en 2016, pero debió dimitir el 2 de septiembre de 2015 porque un juzgado de su país le atribuyó ser el presunto cabecilla de una red criminal que ejecutó una millonaria defraudación aduanera y está preso en Guatemala desde el 3 de septiembre de ese año.

Ricardo Martinelli, gobernante de Panamá de 2009 a 2014, fue detenido en junio de 2017 en Florida, Estados Unidos, luego de que la justicia de su país pidió su extradición por un escándalo de escuchas telefónicas, por lo que sigue preso en una cárcel estadounidense. Una juez de Miami aceptó ayer concederle libertad bajo fianza, pero él sigue detenido.

Rafael Callejas, presidente de Honduras de 1990 a 1994, fue extraditado en diciembre de 2015 a EU por un escándalo de sobornos en la Federación Internacional de Futbol Asociado (FIFA) y en 2016 se declaró culpable, por lo que está en libertad condicional, con un grillete asido a su cuerpo y a la espera de recibir sentencia.

Mauricio Funes, presidente de El Salvador de 2009 a 2014, huyó al exilio en Nicaragua en agosto de 2016 y recibió asilo político en esa nación en septiembre de ese año luego de que la fiscalía general de El Salvador comenzó a investigarlo por peculado, tráfico de influencias, asociaciones ilícitas, enriquecimiento ilícito y malversación de fondos.

Otros ex mandatarios que estuvieron presos por escándalos de corrupción fueron el guatemalteco Alfonso Portillo (2000-2004), los costarricenses Rafael Ángel Calderón Fournier (1990-1994) y Miguel Ángel Rodríguez (1998-2002) y el nicaragüense Arnoldo Alemán (1997-2002). Francisco Flores, presidente de El Salvador de 1999 a 2004, murió en enero de 2016 en su país tras pasar varias épocas encarcelado a espera de juicio por peculado, desobediencia y enriquecimiento ilícito.

En la lista de ex gobernantes centroamericanos que también fueron o son indagados judicialmente están los costarricense Óscar Arias (2006-2010) y Rodríguez, los panameños Ernesto Pérez Balladares (1994-1999) y Mireya Moscoso (1999-2004), el guatemalteco Jorge Serrano Elías (1991-1993) y asilado en Panamá, el hondureño Manuel Zelaya (2006-2009) y el nicaragüense Enrique Bolaños (2002-2007).

Tras ejercer la presidente de Nicaragua de 1985 a 1990, al nicaragüense Daniel Ortega se le denunció por violación sexual a una hijastra pero la demanda fue retirada, mientras que las revelaciones de corrupción en su primer gobierno nunca llegaron a proceso judicial.

El presidente de Guatemala, Jimmy Morales, fue denunciado en agosto de 2017 de financiamiento electoral ilícito en su campaña de 2015, pero logró impedir que por un tiempo el caso avance judicialmente.

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