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Sesenta y cinco periodistas murieron en el mundo en 2017, de los cuales 50 profesionales, siete "periodistas ciudadanos" (blogueros) y ocho "colaboradores de medios", según el balance anual de Reporteros sin fronteras (RSF) publicado el martes.
2017 fue el año menos mortífero de los últimos 14para los periodistas profesionales en el mundo, pero el balance sigue siendo muy elevado.
Este balance se debe a que, como lo subraya RSF, los países peligrosos se vacían de periodistas o a que estos están mejor protegidos.
Unos 65 profesionales y no profesionales murieron en 2017. De ellos, 39 fueron asesinados o blancos explícitos, mientras que 26 perdieron la vida en el ejercicio de sus funciones.
Como el año pasado, Siria sigue siendo el país más peligroso con 12 periodistas muertos, por delante de México (11, frente a 9 en 2016), Afganistán (9), Irak (8) y Filipinas (4).
El descenso del número de muertos (-18% respecto a 2016), se debería, según RSF, a la "creciente toma de conciencia sobre la necesidad de proteger mejor a los periodistas y a la multiplicación de las campañas en este sentido por parte de las organizaciones internacionales y de los propios medios" y al hecho de que los profesionales parten de los países demasiado peligrosos.
"Es el caso de Siria, Irak, Yemen, Libia, donde asistimos a una hemorragia de la profesión", deplora RSF.
Si bien los conflictos armados ponen en peligro la vida de los periodistas que los cubren, en países como México "carteles y políticos locales hacen reinar el terror", obligando a muchos periodistas a "dejar su país o su profesión".
"México es el país en paz más peligroso en el mundo para los reporteros", según RSF.
En este país con grandes carteles de la droga, los periodistas que investigan la corrupción de la clase política o el crimen organizado son perseguidos "casi sistemáticamente, amenazados e incluso ejecutados a sangre fría". Este fue el caso de Javier Valdez, periodista de 50 años y colaborador de la AFP y de medios locales, asesinado el 15 de mayo en la ciudad mexicana de Culiacán.
Sumida en un conflicto sin fin, Siria es el país más mortífero para los periodistas desde 2012.
"Sobre el terreno, el peligro está en todas partes y los reporteros, ya sean profesionales o no, están permanentemente expuestos a los disparos de francotiradores, a los misiles o a la explosión de un artefacto artesanal o de un kamikaze", recuerda RSF. La ONG subraya que los profesionales locales son los más expuestos debido sobre todo a la fuerte disminución de reporteros extranjeros en el país.
En 2017, 58 periodistas murieron en su país de origen mientras que siete fallecieron en el extranjero, como el hondureño Edwin Rivera Paz, que se refugió en México tras el asesinato de su colega Igor Padilla. Fue abatido por hombres armados en el Estado de Veracruz el 9 de julio, sin que hasta ahora "se haya divulgado ninguna información sobre la investigación de lado mexicano ni hondureño", según RSF.
La ONG basada en París informa de que 10 mujeres murieron este año, el doble que el año pasado.
"La mayoría de ellas tenían en común que eran periodistas de investigación aguerridas y pugnaces", destaca RSF, citando entre otros el asesinato con coche bomba de la periodista maltesa Daphne Caruana Galizia el 16 de octubre en su país, y el de Miroslava Breach, el 23 de marzo en el Estado mexicano de Chihuahua.
RSF contabilizó 326 periodistas encarcelados en el mundo, de los cuales 202 profesionales, 107 blogueros y 17 colaboradores de los medios.
Si bien la tendencia general es a la baja, algunos países destacan al contrario con un número inhabitual de periodistas encarcelados este año. Es el caso de Marruecos, con un profesional, cuatro blogueros y tres colaboradores en la cárcel por su cobertura sobre la revuelta popular que agita la región de Rif desde fines de 2016.
En Rusia, cinco periodistas y un bloguero están actualmente encarcelados.
China tiene el récord de reporteros en prisión con 52, delante de Turquía (43), Siria (24), Irán (23) y Vietnam (19).
Actualmente, según RSF, 54 periodistas, de los cuales 44 profesionales, son retenidos como rehenes por grupos armados como el Estado Islámico, que tiene secuestrados a 22.