Más de un centenar de bomberos y rescatistas buscaban el lunes a un niño de dos años que cayó a un pozo profundo y estrecho en el sur de España.
Los rescatistas no han logrado entrar al pozo, que no tiene más de 25 centímetros (10 pulgadas) de diámetro y se cree que tiene una profundidad de más de 100 metros (330 yardas). La tarde del lunes implementaban tres estrategias diferentes para llegar al fondo, pero sin dañar su estructura ni bloquearlo con tierra y rocas, informaron las autoridades locales.
Según los rescatistas, el niño cayó al pozo la tarde del domingo cuando se alejó de sus padres mientras jugaba en la zona montañosa cerca del pueblo de Totalán, en el noroeste de la ciudad de Málaga.
El pozo, que es demasiado estrecho para permitir la entrada de un adulto, se abrió un mes antes durante trabajos de prospección de agua y no estaba cubierto ni protegido, reportaron medios locales.
Con ayuda de una cámara robot, los bomberos encontraron la mañana del lunes la bolsa de dulces que llevaba el niño cuando desapareció a primera hora de la tarde del domingo, explicó la subdelegada del gobierno en la provincia de Málaga, María Gámez. Estaba a unos 75 metros del hueco, hasta donde pudo llegar el equipo de los rescatistas.
El vocero de la Guardia Civil, Bernardo Moltó, dijo que se los esfuerzos ahora se enfocarían en utilizar equipo más sofisticado para ampliar el hoyo y al mismo tiempo se cavaría un túnel independiente para ingresar a él.
Al preguntarle si la investigación también considera otros motivos en la desaparición del niño, Moltó dijo a la prensa que las prioridades de las autoridades eran “la búsqueda, localización y rescate del niño”.
bft