Aumentó la tensión entre israelíes y palestinos con más protestas contra el presidente estadounidense, Donald Trump, que dejaron cuatro muertos y al menos 270 heridos en la Franja de Gaza. Además, autoridades advirtieron a Washington que ahora es parte del conflicto en la zona, no un mediador de paz.
Los mayores disturbios sucedieron en Cisjordania y la Franja de Gaza, en donde los jóvenes palestinos retaron al ejército israelí, que suele responder con amplio material antidisturbios.
Los enfrentamientos dejaron un saldo de al menos 240 palestinos heridos en Jerusalén Este y Cisjordania, así como alrededor de 30 lesionados en la Franja de Gaza, indicó el Ministerio de Salud de la Autoridad Palestina en Ramalá, mientras que las Fuerzas de Defensa de Israel reportaron el arresto de 12 instigadores.
Según portavoces militares, 600 palestinos arrojaron cócteles molotov, piedras y neumáticos incendiados en protestas que calificaron de “violentas” en 20 zonas de Cisjordania.
En el enclave costero se registraron las cuatro víctimas mortales por esta escalada de tensión, dos de ellas en enfrentamientos del viernes con el ejército israelí y otras dos en bombardeos que la aviación lanzó la madrugada de ayer contra posiciones del movimiento islamista Hamas como respuesta al disparo de cohetes desde la Franja.
El primer bombardeo provocó 15 heridos, entre ellos un bebé de seis meses, y el segundo, de madrugada, dos muertos, identificados como militantes del brazo armado de Hamas, cuyos cuerpos fueron rescatados ayer de los escombros.
El lanzamiento de misiles contra territorio israelí fue reivindicado por dos grupos palestinos: las Brigadas de Al Aqsa, el brazo armado del partido Al Fatah, y los Comités de Resistencia Popular, afines a Hamas. Las Brigadas de Al Aqsa no siguen la línea política moderada del presidente palestino, Mahmoud Abbas.
Hubo altercados en los barrios palestinos de Jerusalén Este, donde la policía israelí a caballo redujo todo conato de manifestación. En el barrio de Salahadín una veintena de personas fueron dispersadas cuando levantaron banderas palestinas en rechazo a Trump, así como carteles que mostraban el rostro del mandatario tachado con una cruz.
Junto a la Puerta de Damasco, uno de los principales accesos a la ciudad de Jerusalén, altercados similares terminaron con la detención de 13 personas y cuatro agentes heridos.
Hamas llamó a los palestinos a una nueva Intifada (levantamiento) contra Israel tras la decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de reconocer de manera unilateral a Jerusalén como capital del Estado judío, lo que generó el rechazo generalizado en el mundo árabe.
Los ministros de Relaciones Exteriores de los países árabes, reunidos ayer de emergencia en El Cairo, declararon “inválido” el reconocimiento de Trump, que consideraron una “seria violación” al derecho internacional. El ministro de Exteriores palestino, Riad al-Maliki, advirtió que ahora Estados Unidos se ha convertido en parte del conflicto y ha dejado de ser un mediador para la paz. “El consejo [de la Liga Árabe] solicita a EU que anule su decisión sobre Jerusalén”, señaló el documento final del encuentro.
El gobierno palestino continúa estudiando las medidas que deben seguir a la decisión de Trump y, por el momento, el presidente Mahmoud Abbas, decidió no recibir al vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, durante la visita que realizará a la región a mediados de diciembre, confirmó su asesor, Majdi al Jalidi.
“Con esta decisión sobre Jerusalén, Estados Unidos ha traspasado todas las líneas rojas”, destacó.
La Iglesia copta ortodoxa, mayoritaria entre los cristianos de Egipto, anunció que el papa copto ortodoxo Teodoro II ha rechazado también reunirse con Pence, como medida de protesta, ya que EU tomó la decisión sobre Jerusalén “sin tener en cuenta los sentimientos de millones de árabes”.