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Nueva York.- Estados Unidos planea firmar un acuerdo para que El Salvador, uno de los países más violentos de Centroamérica, sea un refugio para migrantes que solicitan asilo, informó el viernes un alto funcionario del gobierno del presidente Donald Trump.
El funcionario dijo que el secretario interino de Seguridad Nacional, Kevin McAleenan, firmará un "acuerdo cooperativo de asilo".
El acuerdo significaría que migrantes de terceros países podrían obtener refugio en El Salvador, a pesar de que muchos salvadoreños huyen de su propio país y buscan asilo en Estados Unidos. Una delegación salvadoreña se encuentra esta semana en Estados Unidos para analizar el tema.
Es el intento más reciente del gobierno de Trump para persuadir a los centroamericanos que solicitan asilo a buscar refugio fuera de Estados Unidos.
Las autoridades inmigratorias también están obligando a más de 42 mil personas a permanecer en México mientras se procesan sus casos en Estados Unidos y cambiaron la política para negarle asilo a cualquiera que haya transitado por un tercer país rumbo a la frontera de Estados Unidos con México.
El funcionario habló con The Associated Press bajo la condición de anonimato por no estar autorizado a hacer declaraciones públicas.
El acuerdo sería otra medida del gobierno de Trump con el objetivo de frenar el flujo de migrantes que llegan a Estados Unidos. McAleenan también aprobó el acuerdo llamado "tercer país seguro" con Guatemala, pero las autoridades en ese país todavía intentan resolver cómo implementarlo.
El acuerdo con El Salvador no se ha descrito como de “tercer país seguro”, bajo el cual las naciones acuerdan que sus respectivos países son suficientemente seguros y tienen sistemas de asilo suficientemente sólidos, de manera que si los migrantes transitan a través de uno de los países deben permanecer ahí en lugar de trasladarse a otro.
Oficialmente, Estados Unidos sólo tiene un acuerdo vigente de ese tipo, con Canadá, pero ha trabajado para cerrar otros con Honduras, además del de Guatemala que no se ha implementado.
Este año, el gobierno de Estados Unidos amenazó con retener la asistencia federal a tres países centroamericanos a menos que hicieran más para acabar con la crisis de migrantes. La medida se topó con una fuerte resistencia en el Congreso, ya que los expertos afirman que los recortes sólo exacerbarían el número de migrantes que intentan hacer el peligroso viaje a Estados Unidos debido a una mayor falta de recursos.
En junio, el Departamento de Estado anunció que el gobierno de Trump daba marcha atrás en algunos de los recortes, pero no aprobaría más apoyo a esas naciones. El Departamento de Estado dijo entonces que parte de esos 370 millones de dólares del presupuesto 2018 no se gastarían y en su lugar se destinaría a otros proyectos.
La tasa de homicidios de El Salvador, un país que está plagado de pandillas, es una de las más altas del mundo.
Según un informe del Departamento de Estado de 2018, entre los problemas de derechos humanos hay acusaciones de “ejecuciones ilegales de presuntos miembros de pandillas y otros por parte de las fuerzas de seguridad o personal militar; tortura por parte de las fuerzas de seguridad; condiciones de prisión duras y que ponen vidas en riesgo; arrestos y detenciones arbitrarios; falta de respeto del gobierno hacia la independencia judicial”.
Muchas de las personas que huyen de El Salvador han dicho que ellos y sus familias son amenazados por pandilleros. Los adolescentes con frecuencia son presionados para unirse a las pandillas, y sus vidas y familias han sido amenazadas si se niegan. Algunas mujeres jóvenes son obligadas a convertirse en novias de pandilleros, siendo violadas o asesinadas si se resisten.
Las dos principales pandillas callejeras en El Salvador son MS-13 y Calle 18, ambas originarias de Los Ángeles, en donde muchos salvadoreños buscaron refugio durante la guerra civil de su país. Los pandilleros arrestados por crímenes en Estados Unidos fueron deportados a El Salvador y se llevaron su conocimiento de la cultura pandillera con ellos. Con frecuencia, Trump evoca a la MS-13, también conocida como Mara Salvatrucha, como un motivo para fortalecer la política inmigratoria de Estados Unidos.