El Gobierno de Estados Unidos volvió a defender hoy el veto migratorio del presidente Donald Trump en una audiencia ante un tribunal de apelación en Seattle.

El representante del Departamento de Justicia, Jeffrey Wall, aseguró hoy que el decreto migratorio, que impide el ingreso al país de ciudadanos de seis países de mayoría musulmana, no tiene nada que ver con la religión.

Trump firmó el 27 de enero un decreto que impedía el ingreso al país durante 90 días a los ciudadanos de siete países de mayoría musulmana, e indefinidamente para los refugiados sirios, con el argumento de que defendía la seguridad nacional.

La Justicia frenó este decreto y su nueva versión, en la que Irak dejó de aparecer en la lista, que incluye a Siria, Irán, Sudán, Somalia, Libia y Yemen.

Al reformular la medida, Trump estableció que se podrán hacer excepciones con algunos refugiados. Además, aclaró que los ciudadanos de estos seis países que tengan un visado en vigor, sean residentes permanentes (que tengan la famosa "green card") y los diplomáticos no se ven afectados por la medida.

El objetivo del veto migratorio, según el Gobierno, es proteger a Estados Unidos de la entrada de terroristas extranjeros.

Actualmente hay dos procesos de apelación en marcha, uno en Richmond (Virginia) y otro en Seattle. Se espera que ambos tribunales de apelación den a conocer su veredicto a fines de mayo o principios de junio.

Si la apelación de Trump fracasa, la próxima instancia sería la Suprema Corte en Washington. El presidente anticipó que ese sería el camino a seguir.

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