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El consumo de hongos, en específico de las setas, podría ayudar a prevenir la aparición de cáncer de mama, tal como lo señala un estudio realizado por Zhang M., Huang J. , Xie X. y CD Holman en la Universidad Western Australia.
El estudio fue realizado en China a un grupo de mil pacientes mujeres de 20 a 87 años, de las cuales, aproximadamente la mitad había sufrido cáncer de mama en el pasado.
Para tratar de determinar cuáles eran los factores de riesgo asociados a las mujeres que sí habían desarrollado el cáncer contra las que se mantenían sanas, se analizaron diversos aspectos como el sobrepeso, la falta de ejercicio, el tabaquismo, entre otros.
Uno de los factores analizados, de los más importantes, fue la alimentación de estas mujeres. Los investigadores revisaron la dieta de las pacientes y lo que encontraron los sorprendió.
En el proceso de estudiar los alimentos se percataron de que las mujeres que no habían desarrollado cáncer comían de manera regular dos alimentos clave: los hongos y el té verde.
De esta manera se concluyó que el consumo de setas y de esta bebida podían tener un efecto anticancerígeno.
Los efectos se potencian cuando se consumen juntos; sin embargo, la hipótesis de quienes realizaron el análisis fue que por separado también podían tener estos beneficios.
Aunque los investigadores concluyeron que harían falta más estudios para descubrir el potencial de las setas para combatir el cáncer otros estudios han tenido resultados que resultan prometedores.
Uno de estos estudios administró un suplemento de setas a unos ratones con tumores y los efectos fueron beneficiosos pues se encontró que muchos de ellos redujeron el tamaño de las tumoraciones.