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Washington.— Una gigantesca investigación judicial en Estados Unidos halló evidencia creíble contra más de 300 curas que abusaron de niños e identificó a más de mil víctimas menores de edad durante décadas de abuso sexual encubierto por la Iglesia católica en seis diócesis de Pennsylvania, de acuerdo con el reporte de un jurado investigador difundido ayer.
“Creemos que la cifra real de niños cuyos historiales se perdieron o que estaban demasiado atemorizados como para hablar es de miles”, indica el reporte, según el cual “los sacerdotes violaban a niñas y niños pequeños y los hombres de Dios que eran responsables por ellos no sólo no hicieron nada, sino que lo escondieron todo. Por décadas. Monseñores, arzobispos y cardenales han sido protegidos; muchos, incluyendo algunos nombrados en este reporte, han sido promovidos. Hasta que eso cambie, creemos que es muy pronto para cerrar el libro sobre el escándalo sexual de la Iglesia católica”.
La investigación, que se extendió 18 meses, es considerada la más exhaustiva hasta ahora en la Iglesia católica estadounidense, y provocó la inculpación de dos curas, aunque la mayoría de los crímenes ocurrió hace tanto tiempo que los delitos han prescrito y muchos abusadores han muerto.
“El encubrimiento fue sofisticado. Y mientras tanto, sorprendentemente los líderes de la Iglesia mantuvieron documentos sobre el abuso y el encubrimiento. Esos documentos, de los propios ‘Archivos Secretos’ de la diócesis, fueron la columna vertebral de esta investigación”, explicó el fiscal Josh Shapiro. Los investigadores escucharon a decenas de testigos y revisaron más de medio millón de documentos de casi todas las diócesis de Pennsylvania, excepto dos.
Entre las víctimas también había adolescentes. “Algunos fueron manipulados con alcohol o pornografía”, señala el informe de mil 400 páginas. “Algunos fueron forzados a masturbar a sus atacantes, o fueron manoseados por ellos. Algunos fueron violados”, pero en todos los casos hubo jerarcas eclesiásticos “que prefirieron proteger a los abusadores y a su institución por encima de todo”.
Un cura violó a una niña de siete años en un hospital luego de que fue operada para extirparle las amígdalas, precisó el informe, que responsabilizó al cardenal Donald Wuerl, ex obispo de Pittsburgh, que ahora encabeza la Arquidiócesis de Washington, por encubrir los abusos.
“Para muchas víctimas este informe del gran jurado hace justicia”, dijo Shapiro a la prensa. El reporte menciona a dos curas que han sido inculpados, entre ellos uno por agredir sexualmente a dos niños durante años, hasta 2010. También advierte que puede haber más inculpaciones en el futuro, “pero no estamos satisfechos con los pocos cargos que podemos presentar, que representan sólo un pequeño porcentaje de todos los abusadores de menores que vimos”.
“Estamos enfermos por todos los crímenes que no serán castigados ni compensados. Este informe es nuestro único recurso. Tanto a los depredadores sexuales como a aquellos que los encubrieron, vamos a llamarlos por sus nombres y describiremos lo que hicieron”. El gran jurado propone varias medidas, como reformar la ley para alargar el plazo de prescripción de los delitos de abuso sexual contra menores, dar más tiempo a las víctimas para presentar demandas civiles y endurecer la legislación que obliga a reportar los abusos.
Entre 5 mil 700 y 10 mil sacerdotes católicos han sido denunciados por acoso sexual en EU, pero sólo un par de cientos han sido juzgados, condenados y sentenciados por sus crímenes, según la ONG Bishop Accountability. La Iglesia católica estadounidense ha gastado más de 3 mil millones de dólares para llegar a acuerdos con las víctimas, según esta ONG.